El pasado lunes, 29 de agosto, se dio a conocer de modo oficial una noticia que comenzó a sonar mucho desde el último fin de semana: los billetes como los conocemos, cambiaría. El Banco de México fue la institución encargada de dar la noticia, dar a conocer la noticia: mientras que los billetes de 20 pesos desaparecerían, los de 50 dejarían de contar con la imagen de José María Morelos y Pavón y sería sustituido por gráficos del México Prehispánico; los de 100 pesos dejará de contener a Nezahualcóyotl y ahora tendrá a Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana (mejor conocida por todos como Sor Juana Inés de la Cruz); los de 200 pesos dejarán de tener a la poetiza y ahora tendrán a Miguel Hidalgo y a JoséMaría Morelos, el papel moneda de 500 pesos de despedirá de los pintores Frida Kahlo y Diego Rivera y ahora contará con la imagen de Benito Juárez; mientras que el de 1000 pesos tendrá la efigies de Francisco I. Madero, Hermilia Galindo y Carmen Serdán, que sustituirán a Miguel Hidalgo y Costilla.
Junto con la desaparición del billete de 20 pesos, se ha mencionado que posiblemente podría surgir uno de 2000 pesos, en el cual (y siguiendo la cronología plasmada en en papel moneda) se colocarían a Octavio Paz y a Rosario Castellanos. Sin embargo, ¿qué implica que dejen de existir unos y surjan otros? Hay persona que consideran que esto es señal de una posible depreciación; sin embargo, hay quienes sostienen que es un proceso normal.
Por un lado Tláloc Puga explica para El Universal que detrás de la emisión del billete de 2000 pesos se encuentra la inflación, que implica que el valor del dinero ha disminuido considerablemente en los últimos años.
De acuerdo con datos que ofrece, para noviembre de 2004, fue cuando se emitió por primera vez el billete de 1000 pesos; sin embargo, por efecto de la inflación, este papel moneda ha perdido el 73 por ciento de su poder adquisitivo. ¿Qué implica esto? Que dicha denominación equivale a 270 de 2004. Esto, en consecuencia, tiene un efecto negativo en el consumo.
Raymundo Tenorio, director de la carrera de Economía en el Tec de Monterrey explicó para El Financiero que además de que un billete de mayor denominación enviaría un mensaje negativo sobre la pérdida del valor adquisitivo, también comentó que introducir el papel moneda de 1000 pesos ha sido muy difícil, puesto que diversos establecimientos no los aceptan, además de que los cajeros tampoco los dan.
Sin embargo, Gabriela Siller, analista de Banco Base, explica que este proceso en el que las monedas de baja denominación salgan del mercado es algo muy común. Según la experta, en entrevista para Verne, comentó que basta recordar que anteriormente existían monedas de un centavo, las cuales, por falta de uso, tuvieron que dejar se ser usadas.
La analista también explicó que aunque en México, como en el resto del mundo, hay inflación, este país no cuenta con una tan acelerada como la que tienen Venezuela.