En un punto de venta, un escaparate es la tarjeta de presentación que invita a los transeúntes a entrar en ella y, de ser posible, a realizar una compra. Sin embargo, y del mismo modo que pasa con el diseño de las tarjetas de presentación, hay ciertos errores que se cometen y que pueden arruinarla. ¿Se pueden evitar estas fallas en el montaje? Claro que sí. ¿Cómo? Precisamente conociendo los detalles para reconocerlos y no realizarlos. Justo en las siguientes líneas platicaremos un poco más sobre este tema.
Si bien es cierto que el producto es el centro de gravedad de todo escaparate, lo cierto es que hay algunos elementos que, por su carácter persuasivo, cuentan con un peso casi similar en el montaje de un escaparate. Uno de ellos es el precio. Si no se coloca, el transeúnte no sabrá si está dentro de su umbral de gastos.
Un escaparate también ofrece la oportunidad de realizar una estrategia de precios atractiva; por lo tanto, no implementarla, puede ser otro error que termine alejando a los clientes potenciales en lugar de invitándolos a entrar al punto de venta.
Como bien hemos dicho, los productos, sean del tipo que fueren, son el centro de gravedad del escaparate. No seleccionar los artículos más llamativos, mostrarlos desaseados o en mal estado son algunos de los errores más graves que se pueden evitar.
Propiamente en la composición del escaparate, evitar tomar en cuenta el sentido en el que las personas tienen un primer contacto visual con el escaparate es otro de los errores comunes que se comente, así como también lo son no implementar una iluminación adecuada, la cual destaque los artículos más importantes.
Mantener un escaparate inmutable es otro de los grandes errores que se cometen. Este espacio debe estar vivo e ir acorde a la época, las temporadas e incluso a las fechas festivas que se celebren en el lugar donde se encuentra el punto de venta.