En sus orígenes, el marketing estaba centrado, en primer lugar, en la generación de productos; posteriormente, en el fortalecimiento del aparato se ventas de la compañía. Finalmente la visión que tuvo la mercadotecnia se posó en la comprensión del consumidor y de sus necesidades. Mientras esta evolución sucedió, las estrategias que utilizaban las empresas también se transformaron de manera considerable, pues si bien hace algunos años una gran parte del presupuesto estaba destinado a acciones ATL, lo cierto es que el BTL le ha comenzado a ganar terreno por su capacidad de generar una comunicación más directa. Sin embargo, hay gente que ha sabido aprovechar ambas.
Una de las principales ventajas con las que cuentan las estrategias 360 es que existen muchos más puntos de contacto con el público meta. A través del above the line se llega a una gran cantidad de gente (lo cual ayuda a fortalecer considerablemente el brand awareness); por medio del below the line se pueden establecer un contacto más directo, segmentado y efectivo con las personas que resultan relevantes para la firma.
Otro de las ventajas con las que cuentan las estrategias 360 es que se puede realizar una comunicación muy estructurada: se puede realizar un storytelling que comience contando una historia en los medios convencionales y que lo concrete de una manera física y experiencial a través de acciones BTL como las activaciones y los eventos.
Es muy sabido que debido a sus cualidades para segmentar y entablar un diálogo más directo con el público meta, el retorno de inversión es bastante considerable (como es el caso del marketing directo). En este caso el ATL funciona como una catapulta que impulsa las acciones BTL. Dicho de otro modo, se pueden usar los medios convencionales para que más personas participen de las acciones no convencionales. Por ejemplo, se puede promocionar un evento a través de radio o televisión.