En el comercio electrónico, existen distintas métricas que deben tenerse muy presentes: desde el porcentaje de conversación hasta el ticket promedio, por mencionar algunos ejemplos. No obstante, hay un indicador al que se le debe prestar una particular atención: el tráfico web. Cuando se habla de este concepto, se hace referencia como si se tratara de algo uniforme; sin embargo, será clasificado principalmente con base en la fuente de donde provenga. Precisamente sobre este tema hablaremos en las siguientes líneas, en donde mencionaremos las principales categorías que existen.
El tráfico web directo hace referencia a la información generada por los usuarios que llegan a un e-tailer sin ningún intermediario. Dicho de otra manera, la persona digital llega a un sitio web al teclear en la dirección electrónica del portal e ingresar directamente al espacio digital. Incluso también se puede encontrar cuando las personas guardan una página en sus favoritos y entra de manera sin hacerlo a través de las redes sociales, buscadores o anuncios.
El tráfico web social es aquel que se genera cuando el usuario llega a un sitio web por medio de las redes sociales, sea cual fuere. Por ejemplo, cuando una persona está en Facebook y ve que uno de sus contactos compartió un artículo, al cual le da clic para entrar.
Por su parte, el tráfico web orgánico es aquel que se obtiene cuando un usuario llega a un sitio web por medio de buscadores como Google o Yahoo. Para este tipo en particular, el SEO juega un papel fundamental, ya que ayudará al aprovecharlo puede posicionar al e-tailer entre los primeros resultados que arrojan los motores de búsqueda.
Finalmente tenemos el tráfico web referido, que es aquel que se genera cuando un usuario llega a un determinado sitio web, por medio de referencia que se encuentran en otros sitios web, ya sea a través de hipervínculos o menciones.