Un canal clave para facilitar la bancarización de la población y la consiguiente extensión de los medios de pago en la región de América Latina y Caribe es el protagonizado por los corresponsales no bancarios.
En América Latina, si bien ha mostrado una mejora significativa en los últimos años, el grado de inclusión financiera es todavía moderado, con apenas un 51% de los mayores de 15 años titulares de una cuenta de ahorro en una entidad financiera formal en 2014 (39% registrado en 2011) y aún menor en los hogares más pobres (41%).
Solo el 28% de los adultos realizan pagos con tarjeta asociada directamente a su cuenta, lo que denota la infrautilización de los plásticos emitidos en la región para su uso como medio de pago de importes de bajo valor. De hecho, el 61% de los adultos de la región siguen pagando sus facturas de servicios básicos en efectivo, lo cual no es solo motivado por la preferencia del agente pagador, sino también por las facilidades que para ello establezca el agente recaudador.
Colombia supera por primera vez a Brasil en el número de corresponsales en relación a la población, registrando un crecimiento cercano al 100% en el último año. Brasil, referente global en este ámbito en número absoluto de corresponsales que se encuentran presentes en el 99% de los municipios del país, ha moderado significativamente su crecimiento en los últimos dos años.
Para los responsables de las políticas públicas de estos países, el reto sigue siendo hoy en día conseguir utilizar la figura del corresponsal no bancario como punto de entrada efectiva al sector financiero formal, en la medida en que la mayoría de los usuarios de los corresponsales no se encuentran dentro de él.
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