La creatividad es el gran diferenciador y la materia prima del trabajo en la mercadotecnia y comunicación BTL. Todo lo demás se aprende, pero la creatividad, es de quien la trabaja.
Aunque es cierto que algunos son más creativos que otros por virtud, la creatividad también es un proceso que se ejercita y se desarrolla cual músculo. Y aunque es verdad que las musas de la inspiración pueden visitarnos de manera inesperada, la innovación no surge de la nada, sino de procesos estructurados para generar ideas. De ésas que podemos tener todos, si nos proponemos adoptar una disciplina de pensamiento.
He aquí 5 hábitos que nutren al proceso creativo:
Visualiza el mundo
Las respuestas a muchas incógnitas están allá afuera; lejos de las redes sociales y de las oficinas. Por ello, muchas veces es necesario poner aire de por medio, para que nuestro cerebro esté en un ambiente propicio para realizar las adecuadas conexiones entre los conceptos que percibe. Es necesario avistar nuestro entorno con los cinco sentidos, porque todos ellos se involucran en la generación de grandes ideas.
Realiza Asociaciones Improbables
Un ejercicio que usa comúnmente la Miami Ad School para los creativos, es pedir a sus estudiantes realizar piezas publicitarias mediante la asociación de dos elementos que “aparentemente” no tienen nada en común. Crear una historia con “jeans” y “perro” por ejemplo. Esto impulsa a nuestro cerebro a hacer conexiones fuera de lo habitual y buscar una relación entre dos conceptos que en primera instancia, no tienen nada que ver.
Adquiere el vicio del cuestionamiento
Pregúntate todo, el conformismo es propio de una mente dormida. Para entender nuestro entorno y cómo funciona, es necesario hacerse muchas preguntas y poner afirmaciones bajo el microscopio de la duda. Es sano deliberar qué pasaría si tomamos determinada decisión o bien, si no la tomamos. Es explorar los caminos y el proceso de la innovación requiere que avancemos por muchos.
Juega al impostor
Para ver cualquier situación desde un punto de vista distinto, es necesario jugar el rol de alguien distinto. Sal de tu cuerpo un momento e imagina que eres alguien muy diferente. Cómo resolverías determinado problema, qué percepción tendrías de la idea que tuvo tu “yo anterior”. Qué le aportarías. ¿La rechazarías?
Genera hábitos
Qué gran paradoja, haciendo siempre lo mismo, nos podría llevar a generar ideas distintas. No me refiero a la adopción de hábitos monótonos y duraderos, sino a crearse nuevos, como los cuatro que preceden a este rubro, para ejercitar el pensamiento. Es indispensable la constancia para seguir generando buenos resultados. Hacer de ella, un ejercicio habitual.
