Creo que toda persona que hayan intentado desarrollar un concepto creativo para alguna empresa o marca se ha encontrado ante la dificultad de someter la idea a la evaluación de varios entes, cada uno de ellos totalmente diferente al otro, sobre todo, en lo que les preocupa.
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Los principales entes ante los que me he topado son los siguientes:
La agencia. Dentro de la agencia, la idea creativa tendrá que enfrentarse ante el ego de a los que no se les ocurrió la idea o de los que creen que la idea es inferior a la suya; también se confrontará ante los directivos que creen que no va con el tipo de ideas que propone la agencia, o los que creen que ya vieron algo muy parecido, pero en otro momento, en otro lugar y en otro contexto, y peor aún, cuando se enfrenta ante los administradores que piensan que la idea no va a traer suficiente negocio a la agencia.
El cliente. Frente al administrador de la marca la idea puede ser muy locochona, simple o es el tipo de ocurrencia a la que le falta el famosísimo punch, –término que al día de hoy no termino de entender-. También la idea puede ser totalmente lo contrario a lo que el cliente había imaginado, ante lo que me pregunto: ¿por qué si ya había imaginado algo no lo comentó? Pero también la idea puede ser tan buena, que da miedo sacarla, porque es mejor mantener un bajo perfil por el momento, o simplemente no se alinea a los objetivos actuales de la marca.
El target. La idea frente a las personas del target puede ser un esfuerzo desesperado, molesto, intrusivo, sin chiste o incluso inadecuado para llamar la atención y por lo tanto las ventas. La idea puede ser contaminante, no sólo por los materiales en los que se ejecutó, sino también en la cuestión visual. La idea también puede ser discriminante ante ciertos sectores de la sociedad, o peor aún, la idea puede ser tan elevada que nadie la entiende.
Por eso es que a veces nos quejamos de que allá afuera no vemos buenas ideas, pero la cuestión es, cuántas buenas ideas se han quedado en el camino. Estoy de acuerdo que muchas veces los creativos no consideran varios factores importantes como el perfil del target, los valores de la marca, la competencia, etcétera, etcétera, pero también creo en el poder de las ideas, tal y como decía nuestro amigo V de Venganza: “Las ideas son aprueba de balas”.
Así que mi recomendación es dejar egos, miedos y críticas infundadas a un lado y apoyar a las ideas que cumplan con ser eficientes para las marcas, pero al mismo tiempo, empáticas con el público.