Cuando uno decide iniciar un negocio como emprendedor, una de las primeras acciones en las que ponemos atención es la elección de los proveedores correctos para nuestros productos y servicios, ya que buscamos ofrecer la mejor experiencia de compra a nuestros usuarios para que al final, se conviertan en clientes leales.
Sin embargo, pocas veces tenemos la visión de que al empezar un proyecto, este objetivo lo podemos lograr al rodearnos de otros emprendedores que nos brinden aquello que necesitamos, al mismo tiempo que fomentamos el sentido de comunidad.
Artistas emergentes, artesanos y productores nacionales, están viviendo la época del boom de los pequeños negocios liderados por manos mexicanas, proyectos que buscan espacios para darse a conocer desde sus redes sociales, bazares o puntos de venta colectivos; y que si sumamos a nuestras empresas, pueden explotar su plusvalía, ya que estamos ofreciendo a nuestros clientes productos locales, respaldados por la confianza y colaboratividad de la comunidad de emprendedores.
En mi experiencia, haber sumado el talento mexicano a los detalles de nuestros productos nos ha ayudado a fomentar nuestra presencia como “team players” del ecosistema emprendedor al que pertenecemos.
Hemos aprendido que “comunidad” no significa que debemos trabajar todo en conjunto, pero que sí podemos contar los unos con los otros. Por ejemplo, hace un año, justo para el Día de la Mujer, formamos una colaboración con La Borrega Viuda, ilustradora y animadora, mexicana que nos ayudó a crear la edición especial de nuestras cajas para conmemorar esta fecha.
Bien dicen que debemos empezar a pensar más local para actuar global, el apoyarnos entre pequeños y medianos negocios aumentará las oportunidades de venta, así como mejorar la exposición que entre todos podamos brindarnos. Se trata de volverlo un trabajo colaborativo, y sumar fuerzas para lograr ofrecer a nuestros a nuestros clientes el mejor producto que podamos.