Un error en el etiquetado o la utilización de un determinado insumo para la creación de un producto puede costarle caro a una marca. Ya sea porque esto puede causarle problemas al consumidor (del tal modo que tendrá que indemnizársele) pero también porque los inconvenientes que pueden derivar de esos descuidos pueden provocar una crisis. Un ejemplo de esto es lo que pasó recientemente con Monsanto, firma a la que se le ha ordenado pagar 289 MDD a un jardinero que la demandó bajo el argumento de que un herbicida de la marca que él usaba en su trabajo supuestamente le habría provocado cáncer.
Roundup y Ranger Pro, de Monsanto, son los herbicidas que utilizó Dewayne Johnson en su trabajo como jardinero en un promedio de unas 30 veces por año desde el 2012, de acuerdo con datos de la BBC. Cabe destacar que el principio activo de ambos productos es el glifosato, el cual, según argumentó la defensa del demandante, fue lo que le provocó el linfoma no hodgkiniano.
El jurado del Tribunal de Superior de San Francisco otorgó su falló al jardinero, cuya defensa se basó en un estudio de la Organización Mundial de Salud (OMS) en la cual determina que el glifosato puede provocar cáncer, después de que determinó que Monsanto no señaló correctamente los riesgos a la salud que implicaba el uso de sus productos que contenían dicho principio activo.
Cabe destacar que la demanda ganada por el jardinero es la primera de muchas que han sido presentada hasta el momento y que posiblemente servirá como precedente para futuros juicios.
De acuerdo con datos de la BBC, cabe destacar que Monsanto ha comentado que buscará apelar la sentencia dictada por el Tribunal Superior de San Francisco. Sin embargo, además de los problemas económicos que esto implica para la marca, podría considerarse como una crisis de marca que afecta su branding.
