Antoni Gaudí tenía una gran frase: “Originalidad es volver al origen”. La oración encaja perfectamente en la paradoja del content marketing. La forma más antigua de hacer publicidad, ahora es también, la que rige a la comunicación actual.
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Nadie descubrió el hilo negro. Siempre funcionó y por ello, también se usa hoy en día. Lo que ha cambiado son los medios para comunicar, la tecnología, la proximidad. Han nacido la comunicación de dos vías entre empresas y compradores, nuevos puntos de contacto, pero las historias y su gran poder de convencimiento y penetración, han estado ahí desde los inicios del ser humano. Son imprescindibles para que la información trascienda.
En el ámbito de la comunicación comercial, y más estrechamente, en el campo de la comunicación BTL, contar historias y mostrar contenidos es una acción obligada de toda gran marca. Los nombres, logotipos y mensajes escuetos por si solos no tienen ningún valor. Lo que importa es lo que hay detrás, esa historia de éxito, eso que los hace diferentes, el origen del gran producto o servicio, lo que han hecho por clientes como tú, es la información que le da valor a las compañias.
La fantástica historia de corporaciones como Disney o Lego, la gran filosofía de Coca Cola, todos esos hechos de logro de Red Bull, la emblemática tradición de Ford o Mercedes Benz. Las narrativas que muestran Johnnie Walker, Apple o Google.
Prácticamente, ninguna marca ha sobrevivido a lo largo de los años sin una historia emblemática. Los precios, las ofertas, las promociones y las oportunidades son efímeras, pero la esencia es lo que albergamos en la cabeza. Aquello que forma un vínculo emocional entre un producto o servicio y nosotros. Piensa que los coches más baratos no son los que más se venden, que lo mismo ocurre en el caso de la ropa, la comida, los champús y una infinidad de productos.
Por ello, es preciso considerar el contenido característico de cada marca, incluirlo en el brier de una gran campaña. No es necesario comunicar un rosario de beneficios o nuevos cambios. Un contenido que nos defina, bastará.
“Think different” no sólo nos hace pensar en una gran marca y su slogan, sino en su origen y toda esa historia y filosofía que trae detrás y la respalda. Si lo separamos son sólo dos palabras que invitan a pensar de forma diferente, pero en el contexto de la marca, abrevian su esencia a lo largo de tantos años. Así de simple.