Esa misma pregunta me hago cada día. Si consideramos que el contenido es información útil y sólo eso. ¿Quién es dueño de contenido? Hoy en pleno siglo XXI vivimos la era del contenido, pertenecemos y estamos en medio de la anarquía del contenido y de la desinformación, pero, ¿por qué llegamos hasta aquí? En buena parte por culpa de las redes sociales y los medios tradicionales.
Nadie es culpable en realidad, es una penitencia compartida y parte de nuestra evolución natural y de nuestra selección artificial como método de vida. Es nuestra naturaleza como humanos, unos luchan por hacer la vida más simple y pragmática y otros intentan complicarse la existencia en cada momento. Esto es imparable, impenetrable y también incontenible por naturaleza.
¿Será que todos hemos caído en la trampa de pensar que el contenido será nuestro salvador democrático para dar nuestros mensajes? Quizá no. Lo único que nos queda es filtrar, filtrar y quedarnos con lo más valioso y veraz que aparece en nuestro horizonte imaginario de la información, sólo aquellos que sean capaces de concentrar el contenido y filtrarlo adecuadamente adelantarán un paso y tendrán el poder que otorga el contenido. Las marcas por su parte, las que quieran mantenerse en el estilo de vida de sus clientes, sobrevivirán sólo si establecen un diálogo de contenido con sus compradores, algo así como un trueque: Yo te doy contenido a tu estilo de vida, tú me compras y me construyes con tu contenido. Sólo así prevalecerán en la mente de sus clientes. El contenido ahora es de todos y no es de nadie. Los que lo administren mejor el tiempo que lo tengan, serán capaces de capitalizar el mejor beneficio de esto. Lo que sigue, es el diálogo de contenido o el contenido compartido.
La cosa aquí es más sencilla de lo que parece, la mercadotecnia de contracultura y la comunicación orgánica fluyen desde hace mucho tiempo en el mercado de los productos y las personas. Ambas tácticas, son aliados de la creatividad lógica, la casualidad, la influencia y la infiltración. En la mercadotecnia contracultural, las marcas o las organizaciones lanzan mensajes y conversaciones con sus clientes de forma intuitiva, en vías y formatos no convencionales y no predeterminados. La comunicación orgánica fluye, literalmente, de forma natural e inevitable para contagiar de un receptor a otro, con el caos normal de las conversaciones humanas y sin control.
¿Cómo incorporar este tipo de acciones a mi marca? Siempre y en cualquier campaña debe de hacerse en forma integral –no poner todos los recursos en la misma canasta- , este tipo de promoción debe de sumarse a esfuerzos muy bien definidos y a mensajes clave muy sólidos para ayudar a construir marcas que ya son sólidas o congruentes.
Les comparto aquí algunas guías para tomar en cuenta en este tipo de campañas siempre:
Manifiesto del contra marketing y la comunicación orgánica
1. No aplica para todas las organizaciones, marcas o personas.
2. Es viral, libre y descontrolada.
3. Sólo tendrá éxito si los mensajes son sólidos, lógicos y firmes.
4. Puede ser ejecutada sólo por un pensamiento humano y libre.
5. No discrimina. Integra.
6. Es factible de generar conversaciones recursivas e interminables.
7. No se entiende con los presupuestos tradicionales. Costo cero.
8. Es una negación en sí misma de las tácticas formales y tradicionales de la mercadotecnia.
Así las cosas, observemos si en nuestro campo aplica o no y si existe riesgo en aplicarse en nuestros casos y campo específico.
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