¿En cuántas ocasiones te has puesto a desarrollar un plan de acción para obtener un paso más con tus clientes, empleados, etc.?, ¿cuántas ocasiones has visualizado el formato de nuevos negocios para tu empresa?
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¿Cuántas veces has pensado en cómo debería ser tu vocero de la marca o compañía a la que representas?
Me imagino que ¡mucho. Sin embargo, el pensar en ganar “una batalla” día a día no sólo comprende hacer las cosas bien sino buscar la perfección dentro de todo lo que haces.
A veces perdemos el piso pensando que el contenido de nuestro proyecto es tan fuerte, que no importan los factores que te ayudarán a “rematar” el éxito de tu propuesta.
En este mundo de las Relaciones Publicas y la comunicación en general, una buena imagen siempre ayudará a lograr tus objetivos. Por lo cual no hay que echar en saco roto cómo construyes tu experiencia personal, cuando presentas, antes, durante y después de tu junta.
Podemos reducir en 2 los factores básicos que te harán tener una junta exitosa:
Fondo
- Planea. Siempre ten un objetivo de la junta, y construye todo alrededor de ésta.
- Investiga. Siempre pregunta y conoce a las personas que les vas a presentar, y cuáles son sus objetivos personales y de empresa.
- Romper el hielo. Nunca empieces una junta sin abrir conversación, debes hacer que esta persona deje sus pensamientos en su escritorio.
- Cuenta una historia. Tu propuesta debe tener un principio, un clímax y un final, no dejes cabos sueltos, amárralos y cierra con una foto de éxito, que solo piense: “sí lo quiero” “¡dónde Firmo!”.
- Termina la junta. Cuando tu presentación está vendida termina la reunión o cambia tu conversación a algo personal, si sigues “sobando” la propuesta, es posible que pida ajustes y otros cambios que no pueden ser favorables. ¡Sal de ahí!
Forma
- Investiga. Piensa qué le vas a vender a un ser humano como tú, así que debes saber qué le gusta y qué no, siempre habrá algún momento, experiencia, anécdota que pueda ayudar a encontrar empatía contigo y con lo que dices.
- Se un profesional. La educación siempre abrirá puertas, no olvides que el es el cliente y merece todo tu respeto, aún si es más joven que tú, ¡paciencia!
- Usa tu lenguaje no verbal. Aprovecha tu cuerpo (manos, gestos, etc.) para apoyar tus comentarios.
- Juega con tu tono de tu voz. Se amable, enfático, emotivo cuando sea necesario, no hay nada más aburrido una voz plana todo el tiempo.
- Determina tu imagen personal. Nunca descalifiques tu trabajo, recuerda que es muy importante y vale más de lo que los demás creen, refuérzalo en tu atuendo.
Recuerdo que en una junta importante con uno de nuestros clientes, éste empezó la reunión mencionando el diseño de la corbata que portaba un servidor; tomé dicho comentario para romper el hielo; después de unos minutos empezó una amable presentación que finalmente resultó más que exitosa.
Con esto no quiero decir que la junta fue ganada por la corbata; lo que sí quiero decir es que todos los elementos son usados a tu favor o en tu contra, y depende mucho de ti hacia a dónde quieres llevar la imagen que construyes y portas.
Recuerda que la imagen no sólo es por dentro y lo que sabes, sobre todo si no quieres que te encasillen en algún “adjetivo” que no te gusta, piensa que es una combinación de ambas cosas, y que por más creativo que seas, si aquel atuendo no va con el mood de la junta, seguro generarás más ruido en cómo te ves que en lo que dices.
Recuerda: todo comunica y a largo plazo construye o destruye una imagen.
Y tú, ¿cómo construyes tu imagen?
