El punto de venta como lo conocíamos no sólo ha evolucionado sino que también se ha diversificado, con la finalidad de adaptarse a las necesidades de los clientes actuales. Una tienda ya no sólo es un espacio donde una persona entra para comprar productos, cuya finalidad es la de satisfacer sus necesidades, sino que ahora se va a estos sitios a vivir una experiencia. Entre los nuevas modalidades que han surgido en la actualidad se encuentra una que ha funcionado bien en el segmento de las cervezas artesanales: el tap room.
El tap room es un espacio en el que la gente no sólo va a beber como en cualquier bar, sino que tiene la oportunidad de saber cómo es que se realiza la bebida que está consumiendo, lo cual, por sí sólo, ya es una experiencia. Además, este tipo de centro de consumo tiene un formato distinto a otros, puesto que, por lo regular no hay asientos, sino barras, al lado de las cuales, los comensales están parados, además de que pueden pedir sus bebidas directamente en la barra, sin la necesidad de intermediarios, por lo que es mucho más dinámica.
Para la marcas de alcohol, una tap room puede funcionar como su flagship, o sea, su tienda insignia, en la cual sólo se vendan producto de dicha marca y las personas que asistan a estos espacios puedan conocer más sobre la firma en general.
Cabe destacar que en la tap room suelen organizarse catas y algunos eventos, por medio de los cuales se le puede presentar la marca y sus productos de una manera más íntima, pero al mismo tiempo más amplia, lo cual puede tener un impacto positivo en el engagement de la misma.
Al tener la oportunidad de ver cómo se produce el producto que están consumiendo, las personas tienen una mayor confianza respecto a la firma y sus respectivos bienes.
