Durante la administración de Donald Trump, la primera vez que se realizó una imposición arancelaria fue contra China, a la que siguieron otras impuestas contra naciones que fueron aliados de dicho país como México, Canadá y aquellos que conforman la Unión Europea (UE). Sin embargo, y a raíz de un incidente diplomático, el titular del ejecutivo estadounidense, ordenó que un alza en los aranceles al acero y al aluminio de origen turco, lo cual ha derivado en inflación, devaluación y déficit para el país ubicado en la Península de Anatolia, de acuerdo con datos de la BBC.
Sin embargo, en respuesta a la imposición arancelaria estadounidense, Recep Tayyip Erdogan, presidente de Turquía, anunció el martes 14 de agosto, que se llevaría a cabo un boicot, el cual, grosso modo, consiste en dejar de adquirir productos realizados en Estados Unidos, como, por ejemplo, de hechos por Apple, los cuales, según el mandatario, pueden ser sustituidos por dispositivos de otras firmas como Samsung o Vestel, la cual se realiza en la región.
Otra de las medidas a las que instó a los ciudadanos de Turquía es que cambien los dólares que tengan por liras, la moneda turca, con la finalidad de fortalecer a la divisa local. Sin embargo, es importante mencionar que Erdogan no ha detallado cómo es que se realizará el boicot.
Entre las declaraciones que realizó el mandatario de Turquía es que también se ofrecerán incentivos para las empresas extranjeras que deseen invertir en su territorio, además de que también instó a las compañías a permanecer firmes ante la incertidumbre.
Es importante mencionar que la querella entre Estados Unidos y Turquía podría poner en riesgo la continuidad de uno o ambos países dentro de la OTAN, organización a la que pertenecen ambas naciones. Es necesario señalar las medidas tomadas por el gobierno turco tienen pocas posibilidades de tener algún efecto en la economía estadounidense.
