Te advierto desde ahorita, que este no es otro artículo para generar en ti presión, más que motivación. No se trata de un “tienes que” como todas esas publicaciones que vemos donde nos estresan porque esta cuarentena tenemos que salir con un libro leído o una habilidad aprendida o algo porque si no, no aprendimos nada de esta crisis. No, voy a empezar con un concepto básico (para mí) que lo escuché de Odín Dupeyrón, “¡TÚ NO TIENES QUE, NADA”!
Aquí sólo me limitaré a dar consejos de qué puedes hacer para mantenerte un poco más sano emocionalmente; consejos que yo misma sigo y que me han funcionado muy bien. Si los quieres y puedes seguir, que bien, si no, no pasa absolutamente nada porque entiendo perfecto que todos llevamos un ritmo muy diferente para hacer las cosas. Cada quien decidirá cuando se pondrá las pilas y en qué aspectos de su vida lo hará, que quizá son bien diferentes a los que yo mencionaré aquí.
Esto es una situación parecida a un proceso de duelo, y ese proceso se respeta, hablé de él hace unos meses, si quieres leerlo, te dejo el link aquí. Muchos perdieron negocios, quizá por un rato o incluso para siempre; familiares que puede que estén lejos y otros que ya no estén con nosotros; parejas y vínculos afectivos importantes que igual, hoy no están por diferentes razones; trabajos, sueldos, e incluso he escuchado a mucho decir que hasta perdieron la libertad. Este proceso de pérdida nunca es igual en una persona que en otra, cambia dependiendo lo preparados que estén para asimilar la situación, para aceptarla y aprender de ella y superarla, y no se vale juzgar, ni decir “no estás haciendo nada”.
Ya que toqué el punto de perder la libertad, voy a empezar por ahí.
1. Quítale lo negativo a esta situación.
Empieza por lo básico, no perdimos la libertad, frases como “estamos encerrados o aislados”, hacen que se vuelva tu realidad. Si les das un concepto negativo, toda la situación se torna violenta y dura de vivir. Recuerda lo que mencionaba en mis artículos pasados de cómo cambiar una emoción por medio del pensamiento. Si piensas que estás encerrado y asilado de todo, sólo tendrás sentimientos de estrés y ansiedad y esto te generará cortisol y bajará tus defensas, dejándote proclive para enfermarte más. Pero si reprogramamos el pensamiento por un “ganamos algo en lugar de perderlo”, un “yo decido quedarme en casa para cuidarme, yo elijo estar en cuarentena para evitar la propagación y cuidar a mis seres queridos”, entonces tus emociones serán distintas y sentirás paz y tranquilidad, estarás a gusto con la situación.
Acuérdate que nuestro cerebro juega en nuestra contra o a nuestro favor, pero tu decides a que pensamiento le das más importancia para que sea éste el que se quede contigo todo el día, haciéndote sentir bien o mal. Cuando escuchamos algo en negativo, enseguida nuestro cerebro se va a la prohibición, te dijeron que no se puede y ya lo ves como un problema, como una limitación enorme, pero para muchos ni siquiera ha cambiado tanto la situación, pero el simple hecho de saber que está restringido nos afecta. Por eso lo primero es reprogramar tus pensamientos, la mente es lo mas poderoso que tiene el ser humano, el pensamiento nos da pauta para sentir y actuar. Hay que trabajar en el para redirigirlo hacia donde queramos, a un lugar más sano.
Recuerdas la película de “la vida es bella”, pues algo así, el niño por un estimulo exterior que era su padre, decide ver las cosas mágicas, como un juego, como una aventura y así evitar el sufrimiento. Uno decide cómo ver las cosas, el vaso medio lleno o medio vacío. Quítale poder a todo lo que te aturde, si no existe en tu mente, tampoco existirá en tu vida.
2. Aleja el miedo y el pánico de tu vida.
Estamos sobre informados, todo el día vemos puras noticias acerca del virus, escuchamos podcast con relación a éste, en las redes sociales no se habla de otra cosa, y eso ha hecho que la gente empiece a paniquearse; no sale pero ni a recoger el periódico, tosen y juran que ya se contagiaron, vivir con miedo no es la solución, sólo genera estrés y como ya dije éste baja tus defensas.
Apaga el noticiero, aléjate de todas las noticias fakes, de las conversaciones “todo acerca del COVID” con tus amigos o familiares, ya sabes lo suficiente; ya sabes qué debes hacer en este momento y cuál es la situación, todo lo demás es información invasiva, así que ¡córtala! Dicen por ahí que es más feliz el ignorante, y es totalmente cierto, la ignorancia nos da tranquilidad porque descocemos el problema. ¡Ojo!, no se trata de caer en una inconsciencia e irnos al otro extremo. Sólo reduce el contacto con todo lo negativo, así no reforzarás tu pensamiento negativo que ya de por sí existe, y será más fácil redirigirlo a uno positivo. Mientras menos estímulos negativo, menos refuerzo y poco a poco va desapareciendo.
3. Ve la gran oportunidad detrás de esta crisis.
Viktor Frankl decía: “cuando la situación es buena, disfrútala, cuando es mala, transfórmarla y cuando no puede ser transformada entonces transfórmate tú”. Es nuestro trabajo encontrar la paz y la calma en esta crisis. Es lo único que podemos hacer pues no tenemos injerencia en nada más, la realidad en la que vivimos hoy, no va a cambiar en un buen rato, y no depende del todo de ti, hay otras variables de por medio. Así que mejor dedica tu energía en transformarte. En ver las cosas buenas que nos ha dado esto. Podemos agradecer el momento.
Las mamás y papás que trabajaban todo el tiempo y ahora están en casa aprovechando a sus hijos, descubriendo cosas nuevas de ellos, pues no los conocían de esa manera, son ellos los que ahora les están enseñando desde casa, los que los alimentan y cuidan por las tardes. Que maravilla que ahora pueden disfrutarlos y apapacharlos de una forma que antes no se les permitía por cuestiones de tiempo y trabajo.
Lo mismo pasa con la pareja, nos encontramos de nuevo con ellos y ellas, en una situación que colocará a prueba su vínculo, y podrán fortalecer lazos y empezar a valora a quien tienen enfrente. Reconectar con ellos para volvernos a ver, a conocer, a sentir, a amar. Antes teníamos mucho ruido de por medio, muchos estímulos externos que nos distraían y nos alejábamos poco a poco de ellos. Hoy tenemos tiempo de platicar, de desayunar juntos, de darnos un masaje, de tener sexo con pasión, sí, también se vale aprovechar y agradecer esta etapa.
Si vives solo o sola como es mi caso, tenemos la oportunidad de reencontrarnos con nosotros mismos. Dejar de evadir los problemas y de llenar nuestros huecos con otras cosas como los amigos, las novias, el trabajo, la fiesta y empezar a hacerlo con uno mismo. Por experiencia propia, me di cuenta que tenía miedo de quedarme sola porque le temía a mis pensamientos de soledad. Pero sin todo el ruido que les menciono, empecé a sentir calma, empecé a verme por lo que realmente era y no por lo que los demás decían que era. Me encontré con nadie más que conmigo para platicar, para cuidar, para consentir, para amar y eso es un regalo por el cual estaré siempre agradecida.
4. Organiza tu día, retoma tu agenda
Muchos de nosotros dejamos la agenda a un lado porque ya no tenemos citas, todo nuestro negocio está en pausa, por lo tanto hacemos las cosas como vienen. A veces nos alcanza el tiempo y otras, no nos da tiempo de nada. Nos vamos levantando a lo hora que se nos antoje y hacemos lo que nos va apeteciendo y empezamos a procrastinar y al final, nos quedamos insatisfechos de nuestro día. Empieza poco a poco a retomar tu vida, no importa que hagas, ponlo en la agenda y procura seguir una rutina. Haz una lista de las actividades, empieza por lo que quieras, por lo que más disfrutes hacer, después continúas con las necesarias, con aquellas que se tienen que hacer forzosamente como seguir trabajando o limpiar, y al final deja las que no te gustan y que cero disfrutas, pero que también se tienen que hacer. El chiste es empezar.
Planea tu día hora por hora, cuando trabajo con mis coachees, siempre les pido que organicen así su día y que vayan compitiendo con ellos mismos para eficientizar el tiempo, que midan con cronometro sus actividades para tratar de hacerlo unos segundos más rápido la próxima vez y así sucesivamente. Pero aquí no llevamos tanta prisa, tampoco hay que caer en una rutina súper estricta porque puedes acabar insatisfecho con el resultado de igual forma. Así que no pasa nada si te levantas a las 9:30 am en lugar de las 7:00 am, pero lo importante es que tu día esté lleno de cosas que puedes hacer y ocupes tu tiempo asertivamente.
5. Planea para el futuro, y después del COVID-19, ¿qué viene?
Una de mis coachees estaba muy consternada porque no podía abrir su clínica de belleza, ella vive en Canadá y las multas son altísimas si los ven si quiera en el establecimiento. Yo le explicaba que todas las crisis tienen una fecha de caducidad y una enseñanza de vida. Y que en este momento tenía que pensar en cómo iba a prepararse para cuando terminara. Es decir, qué viene después y qué les puedo ofrecer a mis clientes para que enseguida contraten mis servicios. Claro que también le comentaba que mientras podía vender para dar el servicio después, con ofertas y promociones irresistibles.
Vuélvete visionario, para todos va a ver chamba, pero hay que adelantarnos al futuro, no hay tiempo de relajación, o sí, pero otros se irán adelantando mientras tu descansas. Ya nos dijeron miles de veces que el mundo va a cambiar, pero ¿ya sabemos cómo? Es nuestra tarea investigar cuáles serán esos cambios. Sociológicamente hablan de “the new normal”, donde la gente tendrá más confianza en las marcas que en el mismo gobierno; la ciencia será más premiada que nunca; ahora cualquier producto se tendrá que enfocar en un propósito social o de otra forma no tendrá seguimiento; donde la prevención será más importante que la intervención; ya no se hablará del “do it yourself”, si no del “do it together”; llegó el fin de los influencer sin causa, se ha visto que en donde enfocábamos nuestra mirada antes, mañana ya no tendrá sentido, todo deberá ser funcional, social y responsable; queremos personas reales y con capacidades a nuestro alcance. Nos falta mucho por saber cómo serán las cosas y hoy nos han dado la oportunidad de prepararnos para ese futuro. No lo desaproveches.
6. Resignifica tus prioridades
El otro día desperté y vi mi closet lleno de zapatos que en su momento, me hicieron sentir muy feliz y pensé que hoy no significan nada, no los uso porque cuarentena en tenis y no pasa nada, de hecho pienso que hoy preferiría haberme gastado ese dinero en algo más importante y significativo emocionalmente. Quizá en un viaje con mi novio.
El mundo se ha pausado para que nosotros pudiéramos reflexionar en las cosas tan grandes y maravillosas que tiene la vida y decidir si las queremos o no. A todo mundo le interesa el dinero, las cosas materiales, el poder, pero hoy nos damos cuenta que lo único que nos da es arrogancia y nos alimentan el ego. Hoy lo que extrañamos es tan sencillo como un café con los amigos o una fiesta, las reuniones familiares, el contacto físico con las personas. Ahora todos queremos socializar en persona y vernos a los ojos y sentirnos, cuando antes no quitábamos la vista del celular y de las redes sociales.
Está padre meditar, leer, cocinar, bailar, etc., pero es el mejor momento para priorizar, para reorganizar tu vida, para saber qué quieres y qué no quieres cuando termine esta etapa. Si eres de los que disfrutan del home office y no está dispuesto a regresar a su rutina de 3 horas al día en el tráfico; o si valoras muchísimo el tiempo con tus hijos y prefieres quedarte en casa; si estás haciendo profesionalmente lo que te apasiona o estás harto de no perseguir tus sueños; si la persona con la que estás vinculada emocionalmente es la indicada o prefieres estar solo o buscar a alguien más, o al contrario, te das cuenta que no lo valorabas lo suficiente y ahora estás dispuesta a resarcir las cosas y ponerle toda tu energía. Es momento de revaluar las cosas que quieres y a la gente que necesitas a tu lado.
No sólo se trata de evaluar tu contexto, sino tu vida en general, tu persona, tu ser, también se vale hacer consciencia de lo que hoy no te está funcionando y que puedes cambiar de ti, que te gusta de tu personalidad y quieres potenciar, o todo lo que ya no aceptas y buscar qué tienes que hacer para erradicarlo. Hay que hacer introspección constantemente para tener un autoconocimiento adecuado. Sé que suena de flojera pero hay que aprovechar hoy que no tenemos tanto ruido a nuestro alrededor como para convertir esas reflexiones en aprendizajes y esos aprendizajes en hábitos genuinos y sobretodo permanentes.
Recuerda que si nos enfocamos en el dolor, continuaremos con el sufrimiento pero si nos enfocamos en el aprendizaje continuaremos creciendo y evolucionando. “El dolor es inevitable pero el sufrimiento es opcional” (Buda Gautama).
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