1. Creer en la idea
No hay duda que vender algo es difícil si no nos sentimos del todo cómodos con lo que vamos a presentar. Es mejor pedir tiempo para reevaluar que presentar a la carrera algo que no consideramos correcto.
Importante que, como grupo de trabajo, el (o la) creativ@ siempre comparta sus “reasons” con el resto del equipo para que cada uno de los involucrados en el proceso de venta (incluido dueños y gerentes de la agencia) estén afinados en la misma dirección y no suceda que en plena presentación se vean rostros de sorpresa o caras de dudas. Todo vende.
2. Presentar la idea que queremos no la que creemos que el cliente querrá
Siempre, y repito SIEMPRE, es mejor ser sorpresa que ser decepción y sin duda es más fácil quitar que poner. En ocasiones nos limitamos demasiado en el proceso creativo por factores como: “Es que no creo que tengan presupuesto…” y/o “Es que el cliente es un poco reservado…” y terminamos llevando ideas “flat” que dejan una pésima impresión con los clientes.
Es mejor dejar un sentimiento de “WOW” en el cliente, aunque luego la idea se trabaje para “bajarle” o quitarle elementos, que presentar una idea “pequeña” por creer que no se tiene capacidad de hacerla realidad.
Nosotros hemos sido testigos de ideas que vieron la luz por el impacto de la misma aún y cuando inicialmente no se pensaba invertir tanto. Cuando un cliente se convence… muchas veces se hace.
3. Preparación
Presentar la idea no debe ser una charla informal… un chiste o simplemente arriesgarse a depender de la capacidad del presentador (sea el creativo, planner, director, gerente o dueño). Presentar una idea implica horas de trabajo en la planeación de la presentación, la elaboración de los diseños necesarios, el planteamiento de los objetivos claros (aunque esto se debe hacer antes del pensamiento creativo) y sin duda la forma de cómo hacerlo (estilo visual, diseños, etc…).
No podemos confiarnos en nuestra experiencia y capacidad para llevar una presentación en exceso simple ni tampoco saturar de información innecesaria. No podemos olvidar las razones por las que creemos que esta es LA MEJOR IDEA, pero no exageremos o mintamos para lograrlo.
Practique la presentación antes. Suena básico, pero muchas veces nadie lo hace.
Dicen que el papel (o el pdf) aguanta todo, por eso creo que uno de los principales consejos es presentar ideas que se puedan hacer. No hay nada peor que matar las expectativas de un cliente por no planificar bien lo que vamos a presentar.
¡Pura Vida!