Uno de los errores más comunes que suceden en los departamentos de ventas es pensar que el marketing directo reemplaza la función de los vendedores. Evidentemente, no corresponde a la realidad. Sin embargo, aún existen algunos profesionales de las ventas que piensan que debido a las herramientas digitales se podría sustituir su trabajo y su valor como como vendedores en sus compañías.
Pero esto no es cierto. El marketing directo es una de las estrategias más prácticas que permite llevar los productos y servicios de una marca de una forma más directa, por supuesto, en comparación con otros canales tradicionales.
La forma de comunicar los mensajes es más sencillo, pero más contundente. Debido a que se expresan de manera clara los beneficios y ventajas que ofrece la oferta que se lleva al prospecto a través del correo electrónico, llamadas telefónicas o catálogos físicos y digitales, entre otros.
A través del marketing directo se establecen relaciones más cercanas con los prospectos y clientes frecuentes. Debido a que es complicado llevar ese tipo de acciones en el punto de venta. Sin embargo, es importante entender que implementar una estrategia de marketing directo no sustituye de ninguna manera la función de los vendedores.
Al contrario, gracias a esta estrategia se pueden enviar un mayor número de mensajes promocionando el producto, incrementando la demanda de los consumidores. En suma, gracias a este contacto directo se puede llevar la relación con el cliente a un nuevo nivel, es decir, se mejora la comunicación de la marca con el consumidores haciéndola más cercana y duradera.
Por último, para aprovechar los beneficios que ofrecen las distintas herramientas de marketing directo, ofrece una capacitación a tu fuerza de ventas para que descubran los rendimientos que brinda realizar este tipo de campañas, las cuales les ayudarán a llegar a un público mayor y que posiblemente sean quienes toman las decisiones de compra.
