Al término de 2021, los expertos apuntaban a que se avecinaba “una fiebre de criptomonedas”. Un fenómeno derivado del imparable auge del ‘bitcoin’, y de otras divisas digitales cada vez más populares que, sin embargo, planteaban algunos retos, como la alta volatilidad de su precio y el fuerte impacto medioambiental que genera su actividad.
En contra de todo pronóstico, el bitcóin ha caído quinta vez en lo que va de 2022, quedando en vías de registrar su peor comienzo de año desde los primeros días de la alternativa digital al dinero. De acuerdo con Bloomberg, la criptomoneda original descendía 3,7 por ciento a 40.766 dólares en las operaciones de Nueva York, acumulando una pérdida este año de alrededor del 12 por ciento.
Se trata del mayor descenso para un comienzo de año desde al menos 2012. El ether bajaba, mientras que el índice Bloomberg Galaxy Crypto caía por cuarto día. A pesar de este extraño comportamiento de las criptos, no podemos ignorar que en los últimos años, ha habido un cambio radical en la actitud hacia la forma en que pagamos por los bienes de consumo.
Anteriormente, el efectivo era el rey antes de que las tarjetas de crédito y débito se hicieran cargo rápidamente. Las personas siempre están buscando formas más inteligentes y sin complicaciones de comprar bienes si están en movimiento. Ahora, el nuevo actor en el bloque son las criptomonedas. Si bien inicialmente estaba mal visto, los retailers están comenzando a aceptar criptos ya que hay más de ellas en circulación general.
Starbucks, por ejemplo, ha permitido ya, en algunas regiones, a los miembros de recompensas convertir criptomonedas en saldos de efectivo, mientras que Whole Foods ha llegado a un acuerdo con la aplicación de gastos Spedn, para que los clientes puedan pagar sus compras con criptomonedas, como Bitcoin y Gemini. Una encuesta realizada en el país vecino sugirió que tres de cada diez estadounidenses piensan que la criptomoneda es el futuro del dinero.
Es posible que aumenten las preocupaciones sobre el estado de Bitcoin, que ha visto caer su valor, al más bajo desde septiembre. Sin embargo, las criptos en general han ganado más tracción, y las connotaciones negativas que se les atribuyeron anteriormente se están evaporando rápidamente.
Es probable que las industrias, como el turismo, vean un gran aumento en el uso de criptomonedas para pagar las vacaciones en el extranjero, mientras que muchos prefieren usar criptomonedas para realizar operaciones bancarias en línea. En el gran esquema de las cosas, las criptos ya han tenido un gran impacto y llegaron para quedarse. Por lo tanto, no es posible ignorar la influencia que ha tenido y seguirá teniendo en los años venideros.
No está claro qué impacto seguirán teniendo las criptomonedas en el futuro en términos de valor de mercado. Sin embargo, han movido la aguja y este es un momento muy emocionante para todas las empresas. Como tal, es una situación que la sociedad seguirá observando con gran interés.
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