Para destacar en un empleo no sólo se necesita hacer todas las tareas que se nos encomiendan en tiempo y forma, puesto que, finalmente, para eso es para lo que se nos ha contratado. Por el contrario, hay que desarrollar una serie de habilidades que nos permitan destacar respecto al resto de los colaboradores que hay en la empresa. La lista de aspectos puede ser considerablemente amplia y variada en función de puesto que se está ocupando; sin embargo, hay una cualidad que por lo normal nos permite destacar respecto al resto de las personas: la proactividad.
Antes de entrar de lleno en el tema, vale la pena comprender que es la proactividad. Este concepto de puede comprender como una aptitud organizacional donde el colaborador, con la finalidad de adaptarse lo mejor que se pueda al cambio, buscará anticiparse a proponer por propia voluntad algunas soluciones a determinadas situaciones.
Las empresas se encuentran en constante cambio, ya sea porque los clientes evolucionan y ellas deben adaptarse o porque hay que buscar el modo de ser más competitivo ante el mercado. Las personas que sean capaces de afrontar dichas transformaciones y que logren ir un paso adelant, sin duda sobresaldrán respecto a sus compañeros.
Usualmente las personas proactivas también suelen ser muy propositiva, cuyas propuestas están orientadas en solucionar ciertas situaciones de la manera más eficiente. Esto, sin duda, puede hacerlas destacar en el entorno laboral, puesto que a través de sus ideas se están generando distintas rutas de acción para que su área o la compañía lleguen hasta sus objetivos.
Finalmente, otro de los aspectos que va de la mano con la proactividad es la iniciativa, la cual, de ser correctamente encauzada, puede ayudar a correr distintos procesos ya sea de manera paralela o lo más rápido posible, con la finalidad de que se aumente la eficiencia y la productividad con la que se cuenta.