Actualmente son cada vez más las empresas que buscan opciones para atraer a más clientes, de modo relativamente más orgánico a sus puntos de venta. Quizá una de las estrategias más novedosas es la que se ha generado a partir de la interfaz entre el below the line y la psicología: el marketing sensorial. Si bien, estas estrategias ha sido utilizadas desde otrora de modo un tanto más empírico, lo cierto es que en la actualidad existe la posibilidad de que realizarlo de modo mucho más consciente y técnico. ¿Cómo se puede conseguir esto? A través de big data.
Como es bien sabido, el big data permite la posibilidad de trabajar, estudiar, analizar grandes cantidades de datos (estructurados, no estructurados o semi estructurados) para posteriormente convertirlos en información, la cual finalmente se transforma en conocimiento útil para la toma de desiciones e incluso las predicciones que se realizan de mercados y comportamientos.
Se puede utilizar big data para estudiar y analizar el comportamiento y las preferencias con las que cuenta el público meta que visita regularmente el punto de venta que se tiene: ¿que sabores les gusta? ¿Cuáles son los olores que prefieren? ¿Cuál es la afluencia que tienen en ciertos pasillos que cuenta con una iluminación específica? Son algunas de las preguntas que se pueden responder por medio de esta técnica.
Una vez que se generan los registros de una muestra significativa de usuarios en un retailer sobre la interacción y preferencias respecto a ciertas sensaciones, habrá que generar la información y el conocimiento necesario, para posteriormente transformarlo en una estrategia.
Para realizar la estrategia, habrá que implementar de un modo u otro las sensaciones preferidas de los clientes en el punto de venta para que les sea mucho más agradable y atractivo entrar y permanecer en este espacio, situación que podría generar un aumento en las ventas.