El amor… sentimiento avasallante en el que todos hemos caído más de una vez… ¡quién no ha hecho locuras a causa de él! Cuando llega a nuestra vida nos transforma, cambia nuestro semblante, aunque cuando se va, también puede alterarnos sobremanera.
Y bueno, ¿quién puede controlar un sentimiento impetuoso con la fuerza de un mar embravecido? Por ello, hay actividades que es preferible no mezclar, como las relaciones sentimentales y los negocios si no se tiene la madurez personal y profesional para afrontar las consecuencias en caso de una ruptura.
Pero, ¿qué hay de negocios familiares?
Cuando estás en una relación de pareja, vas conociendo cómo es tu compañero en diferentes contextos. Te darás cuenta si da indicios de ser una persona gandalla o quizá cruelmente vengativa, de ser así, no es buena idea comenzar un negocio juntos.
En caso de que ya trabajen juntos en su negocio, lo ideal sería delimitar reglas de convivencia, e incluso, en casos más delicados, elaborar contratos para protegerse mutuamente.
Sin embargo, esto no es una regla. Depende en gran medida de la persona que hayas elegido como tu compañero de vida. Puede ser que en tu pareja encuentres a tu mayor confidente, amante y socio.
La complejidad de un negocio con este tipo de socios implica un grado elevado de madurez y confianza en la pareja para que los problemas laborales no se conviertan en problemas maritales/familiares.
Como shot de tequila, las rupturas raspan y pegan duro
Algunas instituciones como parte de su reglamento interno prohíben las relaciones sentimentales entre trabajadores con el fin de proteger los intereses de la organización, pero ¿quién se atreve a frenar sus emociones cuando conoce a alguien que le gusta y es correspondido pudiendo ser, tal vez, el amor de su vida?
Si tienes una relación sentimental con un compañero, procuren tener una charla donde establezcan acuerdos de paz para convivir en el trabajo.
No obstante, si la relación llega a terminar es cuando la puerca tuerce el rabo; se pueden crear conflictos que traspasan el lado personal y afectan el profesional: sabotear el trabajo, por ejemplo: no entregar en tiempo ni en forma, entorpecer procesos, robos, retener información, etc.
Pero seamos honestos… si terminaste con tu pareja, por muy profesional que seas, convivir todos los días con esa persona termina por afectarte en lo afectivo e incluso en tu desempeño en la organización. No eres una piedra, estás lleno de emociones y sentimientos.
La reina del chisme
¡Y qué decir sobre las relaciones amorosas fuera del matrimonio, noviazgo o concubinato!, los amantes… Aunque te esfuerces en tener una aventura de forma discreta con compañero de trabajo, cliente o proveedor, no falta quién te cache en la movida y esparza la noticia como pólvora, incluso añadiendo información que ni verídica es…
En algunos casos, los amoríos a pesar de tener acuerdos para sobrellevar esa relación “informal”, no están exentos de engancharse, hay probabilidades de que una de las partes termine vinculado con mayor fuerza; cuando no se está en el mismo canal, se puede llegar a actuar de mala fe para joder a la contraparte por haber sido mal valorado y/o mal tratado.
Denuncias por acoso sexual, conflicto de intereses, envidias, injusticias, saboteo, insubordinación, manejo inadecuado de recursos, son sólo algunos de los rumores de los que podrían acusarte e incluso convertirse en realidad y que terminarían por manchar tu prestigio, así como del lugar donde trabajas… parece chiste, pero es anécdota de algunas organizaciones que conozco.
Conclusión… cada cual hace de su vida un papalote
¿No te gusta o se te dificulta convivir gran parte del día con una persona? ¿Prefieres tener ratos de soledad o convivencia con otras personas que no sean tu pareja? ¿Eres celoso? ¿Te cuesta trabajo separar lo profesional de lo personal? Entonces mezclar cariño y trabajo no es para ti. Evita escenas vergonzosas ante compañeros de trabajo, socios o clientes.
No te digo que no lo hagas o dejes de hacerlo. La decisión la tomas tú, sopesa lo que te conviene. Te podrías estar jugando la chamba por hacerle al canelas. Aunque, por otra parte, si tienes la madurez y estás seguro que esa persona es tu compañía perfecta en toda circunstancia, ¡qué estás esperando! Ciertamente es más fácil encontrar otro trabajo que a tu pareja ideal…
Recuerda, no todas las decisiones se hacen bajo la lógica, pero tampoco todas se toman con base en los sentimientos. Encuentra el punto de equilibrio.
