Uno de los objetivos más buscados por las marcas a través de las campañas de marketing BTL es la diferenciación de la oferta con respecto a la competencia. Se busca destacar aspectos muy específicos que el cliente busca. De esta manera se espera marcar una diferencia entre los competidores, sin embargo en el camino llegan a surgir algunos desafíos.
Los retos al intentar diferenciar una oferta es precisamente la combinación de atributos y beneficios. Por ejemplo, si se intenta introducir uno producto de higiene corporal al mercado será importante detectar previamente los elementos que hacen a ese producto mejor que la competencia, y con esto en mente, los profesionales del marketing se enfocarán en destacar este valor a través de acciones como sampling o activaciones para incentivar la prueba de producto.
En ocasiones hay marcas que intentan superar a la competencia demostrando una calidad superior en el producto o a través del liderazgo en el precio. No obstante, en los últimos años las marcas han logrado introducirse al mercado diferenciándose por su experiencia más allá de los atributos o beneficios del producto. Y se llevan a cabo estrategias de posicionamiento que brinden un momento único el consumidor con la finalidad de incentivar su uso y que el consumidor conozca su calidad y, a la vez, lo compare con el que usa en la actualidad.
De tal modo que las acciones de marketing BTL deben tener como objetivo un posicionamiento diferenciado, con la finalidad de demostrar los beneficios del producto a potenciales clientes y así captar algunos nuevos.
De acuerdo con el reporte Las 10 principales tendencias globales de consumo para 2019 de Euromonitor, el consumidor está mayor informado al realizar sus compras y evalúan constantemente el valor de cada marca o producto. Por tanto, será importante trabajar en una estrategia que brinde más allá del valor funcional, una experiencia auténtica para lograr el tan anhelado objetivo de posicionamiento.
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