La saturación de contenido, así como un exceso de formatos exteriores y otras estrategias de marketing, han provocado que el consumidor no siempre responda a ciertos mensajes, y que lejos de atenderlos, busque la manera de evitarlos dado su nivel de intrusividad. Y ante dicho escenario, las marcas se han visto obligadas a generar otro tipo de comunicación y a usar otros recursos mercadotécnicos a fin de llamar la atención del target, entre los que destaca el marketing de guerrilla.
En términos generales, esta disciplina Below The Line puede definirse como aquella estrategia poco convencional que, colocada en espacios inesperados, logra sorprender a los consumidores gracias a su formato, mensaje y ubicación.
Además de causar asombro en el público, gracias a su ejecución es capaz de fortalecer el recuerdo de la marca en cuestión, además de apoyar en la generación de un vínculo emocional con el target, sin omitir que el costo para la realización de esta estrategia es mucho más bajo en comparación con otras disciplinas BTL.
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En 2017 la inversión destinada a marketing de guerrilla alcanzó los 5,971 millones de pesos, de acuerdo con el Estudio Anual de Inversión en BTL, elaborado por el Departamento de Investigación de InformaBTL, monto que para 2018 se redujo hasta los 2,095 millones de pesos.
Marketing de guerrilla que sorprende
Por sí sola esta acción BTL no logra pasar inadvertida; sin embargo, es necsario que cada estrategia tenga ciertos elementos y se consideren algunos puntos básicos para que sea efectiva.
Monserrat Cisneros, gerente de Marketing de Larousse mencionó en entrevista exclusiva para este medio que debe haber una claridad total en el mensaje que se quiere transmitir, por lo que debe haber una correcta selección de las palabras, imágenes y diseño que comprenderá una pieza de guerrilla marketing.
Asimismo comentó que se debe elegir el lugar o espacio adecuado para así llegar al público meta, en el momento preciso.
También dijo que, aun cuando esta estrategia es sorprendente en sí misma, es importante que el logotipo y nombre de la marca, así como colores institucionales resalten en cada pieza, de manera que el consumidor identifique fácilmente a la empresa y la recuerde.