Cuando una empresa hace su plan de negocios, establece su misión, visión y objetivos, e incluso la personalidad de la misma y su identidad gráfica. Es importante destacar que esto, más allá de ser simples consignas escritas en un papel, deben ser las directrices que guíen no sólo la actuación de la compañía y de sus colaboradores, sino también el modo en el que la organización se comunica con el público en general. En consecuencia, la coherencia de una marca es vital para que pueda desarrollarse correctamente.
Cuando la coherencia y la congruencia son parte de una marca se nota claramente, desde el tono que utiliza en la redacción de un comunicado de prensa, hasta las acciones y canales de marketing BTL que elige para promocionarse con el público.
En cambio, cuando una marca no presenta de modo armónico aspectos como su imagen, sus valores y su comunicación, los clientes y los colaboradores de la firma pueden sentirse algo confundidos e incluso decepcionados, puesto que este tipo de situaciones que el consumidor no se sienta identificado.
Sin embargo, ¿cómo generar una coherencia de marca? Lo primero que debe hacerse es trabajar con la misión, visión y valores de la misma. Esta información será la columna vertebral sobre la que se construirá el resto.
Una vez que se tengan trabajados y definidos estos conceptos, el siguiente paso es el desarrollar la personalidad de la marca: cómo queremos que sea percibida, qué tono de comunicación tendría, con qué tipo de persona se identifica.
Finalmente, habrá se trabaja con la imagen corporativa de la marca, desde el logo hasta los colores institucionales que tendrá. Cabe destacar que esto se tendrá que crear principalmente a partir de la personalidad con la que cuenta, con al finalidad de que logre transmitir poderosamente aquello que se había planteado para este concepto.