Una empresa de clase mundial es aquella que gracias a su administración, tecnología, procesos, políticas, prácticas y sistemas puede competir a nivel mundial en este momento y seguir haciéndolo en el futuro.
En otras palabras, cuando hablamos de una compañía de clase mundial nos referimos aquella que puede competir en términos de eficiencia y calidad con cualquier otra en el mundo. Algunas de sus ventajas competitivas son las siguientes:
- Cumple con las normas internacionales de calidad.
- Utiliza estrategias de manufactura de punta.
- Es eficiente, dinámica y muestra resultados positivos.
- Mantiene unas finanzas sanas.
A propósito, ¿sabías que el éxito Walt Disney World Resort se basa en la ‘magia’ de su organización? De hecho, se dice que el servicio al cliente de este gigante se define como: “Exceder las expectativas del invitado y prestar atención a los detalles”. ¡Vaya definición! Asimismo, una clave de la experiencia de su servicio es el ‘factor sorpresa’. Se trata de sorprender a los invitados, excediendo sus expectativas y de paso se construye una reputación de servicio al cliente de clase mundial.
Pero, ¿qué constituye un servicio al cliente de clase mundial?
- Un servicio efectivo que fomente la lealtad de los clientes.
- El cliente privilegia su experiencia, colocando los productos y precios en segundo término.
- Se sabe que invirtiendo en servicio al cliente es directamente proporcional a invertir en el éxito a largo plazo de la compañía.
Por último, es importante señalar que una filosofía basada en valores es importante para atender las demandas del cliente.
En resumen, en la búsqueda de exceder la expectativas del cliente de sebe convencer, deleitar y cautivar al cliente. Finalmente recuerde que un servicio al cliente de clase mundial depende del desarrollo de todos los involucrados en el servicio, por tanto, es importante fomentar una cultura de participación. Al final, todo esfuerzo es para el cliente.