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En México existen 7 mil 616 salas de cine, de las que 3,988 son de Cinépolis y 3,055 de Cinemex, según la Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica.
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Ambas cadenas dominan en conjunto la industria, pero ante la pandemia han resultado en afectaciones similares ahora con el cierre de cines.
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Más de 100 millones de boletos se dejaron de vender por la suspensión de actividades en las salas de cine de México.
Apenas se estaban recuperando de las pérdidas por el cierre de su complejos, cuando Cinépolis y Cinemex deberán cerrar nuevamente algunos de los que ya habían reabierto y ahora para siempre.
Pérdidas por 6 mil millones de pesos en los cines durante los meses que cerraron ante la pandemia, podrían crecer ahora que las empresas por igual frenarán operaciones en diversas regiones de la República Mexicana.
El Sol de la Laguna reveló que la Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica (Canacine) confirmó el cierre permanente de nueve cines de Cinépolis y cinco de Cinemex, en complejos ubicados en: Coahuila (Saltillo, Periférico Sur), Durango, Nuevo León, Estado de México, Jalisco, Ciudad de México, Tamaulipas y Guanajuato.
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Ambas compañías han sido duramente golpeadas por la crisis sanitaria y no han visto solución efectiva lejos de la necesidad de cerrar, impactando en la economía local. En cada complejo se calcula en promedio 80 empleados, con lo que el cierre de 14 establecimientos los cines en conjunto, llevarían a la pérdida de mil 120 empleos.
Hasta ahora, 100 millones de boletos se dejaron de vender por la suspensión de actividades en las salas de cine de México, según Canacine.
Esto se suma a los problemas que ha tenido Cinemex en Estados Unidos, donde la compañía 400 East 62nd Properties la demandó por más de 15 millones de dólares al incumplir su contrato de arrendamiento en un edificio en Nueva York. La compañía pidió la protección del capítulo 11 de la ley de bancarrota de ese país y dejó de pagar la renta desde ese mes, por el inmueble, lo que le ha acarreado una demanda.
Las compañías han tenido que ceñirse a nuevas formas de operar tratando de aminorar costos e incluso refugiándose en la quiebra para evitar mayores pérdidas y por la imposibilidad de seguir operando en un contexto en el que la pandemia mantiene a los consumidores en casa y gastando lo menos posible en artículos y servicios de salud y alimentación para sobrevivir. El entretenimiento ha pasado a segundo término y esto se reciente de inmediato en las finanzas de las firmas.