Se habla de la necesidad de ofrecer una experiencia de compra al cliente, sorprenderlo y quedar en su memoria. Pero, ¿cómo se hace eso? El experiential marketing es el especialista en esta tarea.
Las sensaciones
No sólo hay que hablar de experiencias, sino más bien de las que resultan positivas, las que se enlazan con de manera directa con los sentidos. Al enfocarse en ellos se produce recordación de la marca.
Además, al atacar los sentidos se incentivan los comportamientos, la inteligencia emocional trabaja más rápido que la racional.
El modo de actuar
Al buscar la relación con las personas, hay que proponer distintas acciones, maneras distintas de hacer las cosas, motivarlos para emprender actividades que impacten de modo positivo en su perspectiva de relacionarse con la marca.
Con una propuesta que desligue cualquier sentimiento negativo e invite a participar para el bien y agrado del consumidor, se da un paso importante para la imagen de la marca.
Los sentimientos
Otra tarea es despertar sentimientos positivos con el experiential marketing pues se busca encaminar hacia una relación favorable entre la marca y el consumidor, todo por medio de estímulos y emociones.
Cuando se piensa en los sentimientos, las implementaciones deben enfocarse en aquellos más fuertes, como el amor y la felicidad.
Fomentar las relaciones
Aquí será relevante las percepciones por parte de los consumidores de la marca. Así, al producir experiencias que los hagan partícipes de un grupo social, apelando a la unidad y con la pertenencia, se fomentan las relaciones.
Se puede retoma la unión familiar, los valores del hombre, los lazos sociales.
Los pensamientos
Cada esperiencia que se ponga en práctica por el experiential marketing tendría que poder forjar lazos entre el público y la marca.
La creatividad es capaz de lograr que los consumidores salgan de su zona de confort y cuestionarse, libren retos personales, generen pensamientos positivos y también el conocimiento.