Fuera de nuestros deseos de ser personas libres de prejuicios casi todo lo hacemos por prejuicios de los cuales ni siquiera somos conscientes. Nuestros prejuicios son formados y consolidados en la niñez y en la edad adulta temprana, y operan en nuestro subconsciente. Por ello, a pesar de ser personas introspectivos, es difícil accesar a estos juicios y creencias.
Muchos de nuestros prejuicios son poco dañinos, es más, son positivos. Por ejemplo, tomar crédito a nuestro éxito, sin reconocer otros factores. Nuestro ego es frágil y muy vulnerable a las críticas. Pero hay otros prejuicios más serios y hasta peligrosos. Ser racista y sexista son algunos de ellos. Poca gente reconoce estos prejuicios y dirán que son indiferentes a tener un superior hombre o mujer. Sin embargo, estudios realizados sacan a la luz que la mayoría de las personas prefieren a un hombre a pesar de que la mujer en cuestión tenga características más afables. En realidad son las acciones las que hablan y las que nos traicionan, o más bien delatan.
Inconscientemente tenemos la tendencia de encontrar información que encaja con nuestras creencias e ignoramos la información que no. Estudios han demostrado esto, y peor aún, cuando se confronta a la gente con información que contradice sus creencias, la mayoría de las veces, solo endurece sus posiciones originales.
Y es que de alguna manera buscamos a gente como uno. Estar en posición vulnerable o ser enfrentados a creencias que rompan con las nuestras, son percibidas como peligrosas. La gente que piensa como uno mismo, tenemos a darles credibilidad, refuerza nuestros conocimientos y creencias. Mas aún, les damos “puntos extras”. Es decir, inmediatamente le damos características extras y positivas, las cuales nosotros mismos valoramos. Nuestros prejuicios nos ciegan.
Mahatma Gandhi dijo:
“No permitiré que nadie camine en mi mente con pies sucios”.
Y tú?
Gabriela Romo es psicóloga, trabaja con la comunidad latina en Estados Unidos y tiene un programa de radio semanal en radio América 900 sobre salud mental. Síguela en Facebook (Gabriela Romo), Twitter (@romocounseling) o envía un email con temas que te interesen a gaby@gabrielaromo.com