No hay ninguna duda que, en el marketing de hoy, el empleo del Big Data es fundamental. Sin embargo, de la vista sigue surgiendo el amor.
Una sociedad cada vez más compleja, exige estrategias más dirigidas y eficientes. Hemos visto cómo el manejo de datos y el empleo de algoritmos es cada día más común para un uso de medios más inteligente y una segmentación más fina, quirúrgica. Ahora, gracias al empleo de la tecnología, tenemos la gran ventaja de segmentar mejor nuestras campañas para que los mensajes lleguen justo al target que deseamos, incluso en el momento en el que éste lo requiere, y conocer su comportamiento para tomar acciones que concreten ventas.
Así, el mundo online por ejemplo, está inundado de mensajes que siguen a los internautas por los sitios que visitan o se entrometen en el contenido que ven cada día. No obstante, ¿quién demonios no da click en el botón de “skip” al comenzar un anuncio en Youtube, incluso antes de averiguar si se trata de un buen o mal video? ¿Quién no busca ese pequeño tache en la esquina superior derecha de los odiosos pop-ups, cuando aparecen de forma ruda al visitar alguna página? O más aún, ¿realmente ponemos atención a los banners publicitarios en las páginas que abrimos?
¿Nos detenemos en todos esos anuncios o publicaciones promocionadas en redes sociales, aún y cuando supuestamente fueron segmentadas de acuerdo a nuestro perfil, gustos y preferencias? ¿Las sugerencias de Netflix siempre le atinan a nuestros gustos?
Si bien es cierto que el manejo de Big Data es fundamental para conocer mejor a nuestro mercado objetivo y ser más eficaces al disparar la comunicación, el amor sigue entrando por los ojos y a primera vista. Por ello, la imagen que pongamos es vital para llamar la atención. También lo es un buen copy o texto publicitario, en el momento adecuado. Seguimos eligiendo productos o servicios por lo que vemos y discriminando entre todos los mensajes que recibimos.
Así que, el Big Data nos sirve para poner nuestra comunicación donde será eficiente y están nuestros receptores, pero un buen gráfico, así como un texto bien pensado, serán determinantes para captar la atención y generar ventas.
La creatividad hoy, al igual que siempre, tiene la peculiar y gentil tarea de separar la basura de la belleza. De hacer que nuestra comunicación destaque y no sea una más del montón en ese enorme océano de comunicación que está en nuestro alrededor, online y offline.
Los medios han evolucionado, pero la esencia de la comunicación no. Como humanos, seguimos prefiriendo lo mismo, y la belleza sigue siendo lo primero que buscamos.