Todos sabemos que en realidad, la competencia política se juega en el campo de la comunicación. Las campañas políticas se cimentan en percepciones, porque las realidades vienen después, cuando el pueblo ya eligió, cuando la moneda ya está echada, cuando ya no se pueden cambiar a los gobernantes.
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La Promesa Básica
Los partidos políticos lo saben bien, y por ello emplean toda clase de seducciones y artilugios para llevar, digamos, más agua a su molino. Durante el período de campaña importa lo que se promete, no lo que se cumpla. A menos, claro está, que sí se haya cumplido y ese sea un punto a favor para cacarear.
También parece ser válido saltarse las reglas, cuándo éstas no son claras, o tienen fisuras que se puedan aprovechar. Tal es el caso de lo ocurrido en las pasadas elecciones del domingo 7 de junio en México. Justo en el período previo a las elecciones y que restringe a los partidos a seguir comunicando sus mensajes, algunos partidos echaron mano de las redes sociales, influencers del ámbito deportivo y del espectáculo, y medios electrónicos para seguir comunicando “below” de los medios tradicionales.
Los ejemplos fueron clarísimos. Se aprovechó el marco del partido de la Selección Nacional Mexicana contra su similar de Brasil, para apoyar “Al Verde” como si fuera “La Verde”, al fin y al cabo, un simple cambio en el orden de las letras que naaaadie podría notar ¡Ajá!. Se aseguró que era pura coincidencia escribir una frase que fuera también el mensaje de campaña del partido Verde Ecologista y que no se tenía la culpa de que también casualmente, la selección jugara el mismo día. Fue una estrategia audaz, debo admitir, aunque no por ello éticamente válida. Sin embargo, fue una gran enseñanza para fortalecer las leyes que elabora el INE y tomar previsiones para las próximas elecciones.
Pero hubieron también campañas digamos, “más below”, de quienes maquinaron una infame estrategia para impedir la participación ciudadana en las casillas, mandando mensajes de texto falsos que advertían de fuertes disturbios en ellas, con balazos incluidos y toda la cosa. Para ello, emplearon diferentes mensajes y números telefónicos de origen, y no dudo que mucha gente también haya resultado “chamaqueada”.
Sirva entonces esto para aprender y conocer más a nuestros partidos políticos. En lo personal considero que el partido Verde, que por cierto fue el único que comunicó propuestas (también hay que reconocer lo bueno), pecó de ingenuo al pensar que las acciones no tendrían una mala reacción entre los pensantes.