Un tercio de las mujeres en el mundo son víctima de violencia física o sexual, generalmente desde que son muy jóvenes, recientemente informaron la Organización Mundial de la Salud (OMS) y ONU Mujeres. De acuerdo con información de estas agencias de Naciones Unidas, 763 millones de mujeres han sufrido ese flagelo a manos de una pareja o por otras personas. Lo más alarmante es que el fenómeno ha recrudecido en el confinamiento por el COVID-19.
La violencia afecta la salud y el bienestar de las mujeres durante mucho tiempo y después de ocurrida, a veces toda la vida. De acuerdo con la asesora sobre violencia contra las mujeres de la Casa Blanca, Lynn Rosenthal, “Cuando se ve un hueso roto, la persona ya ha experimentado muchos otros comportamientos dañinos”. Y de este tipo actitudes de violencia pasiva surgió el término control coercitivo.
El investigador y sociólogo forense especialista en violencia de género describió el control coercitivo como actitudes de intimidación, maltrato, castigo, restricción financiera, aislamiento o privación de las necesidades básicas. Para dar voz y visibilizar esta problemática, Women’s Aid lanzó la campaña “Not Model’s Own”, de la mano de la agencia Engine Creative dirigida a jóvenes para crear conciencia sobre el control coercitivo.
Debido a que el abuso doméstico frecuentemente no se reconoce, esta campaña promueve identificar sus comportamientos. Farah Nazeer, Directora Ejecutiva de Women’s Aid, dijo: “El control coercitivo puede ser difícil de identificar dentro de una relación, si no sabes cuáles son las señales. Un patrón de diferentes formas de abuso con tácticas de amplio alcance puede hacer que sea difícil de definir, cuando estás siendo controlado y manipulado por una pareja. Los perpetradores aíslan lentamente a los sobrevivientes del apoyo, los privan de su independencia y regulan su comportamiento cotidiano, ganando cada vez más control”.
La importancia de esta campaña es crear conciencia sobre el control coercitivo para ayudar a las sobrevivientes, y a quienes las rodean, a reconocer los signos de abuso. Las imágenes que la integran, están inspiradas en los editoriales de revistas de moda, explican el control coercitivo dejando claro que toda la ropa que utiliza la modelo ha sido elegida e impuesta por su pareja. Además de impactantes mensajes, que exhortan a la reflexión, las creaciones remiten a sitios donde las víctimas pueden recibir atención