Una cafetería en Londres hace que sus clientes paguen su consumo con sentadillas y burpees.
El punto de venta organizó este evento de 3 días, como parte del inicio de sus operaciones en la capital británica.
Los clientes deberán pagar su lunch con una rutina de ejercicio de alrededor de 6 minutos dentro del mismo local.
Dicha rutina que incluye 1 minuto en una máquina de remos, 1 minuto en bicicleta, 1 minuto en una caminadora, 60 segundos de abdominales, squats de peso, flexiones de pierna, con descansos de 30 segundos entre cada ejercicio.
El menú que podrá pagarse, literalmente con el sudor de la frente de los clientes, será aguacate machacado en pan tostado y hamburguesa de pollo a la parrilla.
La estrategia de pagar con rutinas de ejercicio no es una estrategia nueva, al menos en instituciones públicas.
En 2013, el metro de Rusia solicitaba que sus pasajeros pagaran la tarifa con 30 squats. Bajo este ejemplo, el Metro de la Ciudad de México incorporó una dinámica similar, aunque con sólo 10 sentadillas, en aparatos especiales que medían el trabajo de los viajeros/deportistas eventuales.