Cafés que saben a estiércol, Flores de la abundancia y otros esquemas piramidales

Daniel Méndez Antillón, columnista en InformaBTL

Supuestamente el café era una maravilla. A decir de ellos era delicioso (cuya opinión no comparto), tenía grandes beneficios para la salud y lo mejor de todo era que si invertías una pequeña fortuna para comprarlo y distribuirlo, ibas a hacer el negocio de tu vida mientras salvabas al mundo de los cafés del supermercado y de las cadenas hipsters que lo venden.

Aparte de que me supo feo, no me dio buena espina el esquema. La inversión más chica era de 3,000 pesos. Pero claaaaaaro, si invertías 10,000, tu ingreso se iba a multiplicar exponencialmente.

A mí me sonaba a pirámide. El sentido común me decía que media ciudad se iba a sobre-inventariar de cajas de café y no iban a saber que hacer con ellas cuando sus clientes estuvieran gastados, sobre-cafeinados o con ganas de irse al Starbucks con los amigos a echar el chal.

A dos años de distancia, no sabría decir cuanta gente salió perdiendo. Creo que el tiempo me dio la razón ya que después varios amigos me anduvieron persiguiendo como locos para enjaretarme cajas de café o té.

Pero no es la primera ni la última vez que me topé con un esquema así. Al menos en este caso, si se te quedaban las cajas de café, no ibas a tener que volver a comprar hasta la siguiente era glacial. La verdad es que conocí otros esquemas peores.

Desde que yo era niño sé de personas que entran a esquemas piramidales que se reciclan constantemente cambiando de nombre y apellido. Las he conocido con nombres como Aviones, Flores de la Abundancia, Células de Gratitud, Bolas Solidarias, Círculos de la Prosperidad, Ruedas de la Amistad o Mandalas. Seguramente se han propagado con muchos nombres más.

De un tiempo a acá, todas se promueven diciendo que “ESTA NO ES UNA PIRÁMIDE” cuando tienen todas las características. Al final, todas ellas dependen de que haya más gente que entre con dinero, por lo cual siempre terminan por colapsarse. A los primeros que entran les va bien, pero en la base de la pirámide casi siempre queda alguien que aportó su dinero y no recibió nada.

Parte del problema, es que en ninguno de estos esquemas hay compromisos legales que se asuman por quienes participan en ellos. El riesgo es completamente de quien invirtió su dinero, y si las cosas salen mal, no hay recursos legales eficientes para protegerse.

La misma Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF) advirtió el 15 de mayo de este año acerca del gran peligro de invertir tu dinero en estos esquemas. Si pierdes tu dinero, la CONDUSEF no te puede defender, ya que quienes hacen la pirámide no son una institución financiera debidamente regulada y la pirámide en sí no es una figura legalmente reconocida.

Por otro lado, como abogado te puedo decir que si perdiste 15 o 30 mil pesos en un esquema de estos, difícilmente habrá un colega que te quiera llevar un caso para recuperar tu dinero, ya que es muy poco lo que puede cobrar por darte el servicio legal.

Si el abogado lo quiere intentar, el juicio será sumamente difícil, así que también sucede que hay colegas que te prometen que van a recuperar el dinero, te cobran un anticipo y luego no hacen nada más que ensuciar más el nombre de esta honorable profesión.

Por lo anterior, mi primera recomendación es que a menos que sean pirámides por un monto muy pequeño que no te duela perder, te mantengas alejado de ellas. Entre mayor sea el monto de la aportación que debas hacer, es más fácil que la pirámide se colapse, ya sea para ti o para quienes queden debajo sosteniéndola.

Mi segunda recomendación es que si tienes dinero para invertir, lo hagas en instrumentos que ofrezcan bancos o casas de bolsa, los cuales están regulados y en los cuales puedes contar con el auxilio de los tribunales y de autoridades como la CONDUSEF.

Mi tercera recomendación es que estés muy atento a los nuevos esquemas piramidales que están surgiendo con otros nombres y mayores grados de sofisticación. Justamente esta semana, llegaron a México unos extranjeros, supuestamente expertos en finanzas y liderazgo a ofertar una criptomoneda llamada “onecoin”, similar a la “bitcoin”.

Una simple consulta en sitios como www.coinmarketcap.com, te permitirá darte que esta criptomoneda carece de valor. Sin embargo, sus creadores la están comercializando bajo la promesa de que si reclutas más gente que invierta su dinero en “onecoins”, tú vas a recibir dinero por lo que ellos inviertan.

Siempre que me topo con este tipo de esquemas, hay una parte dentro de mí que desea que sea genuino, pero la experiencia me indica que seguramente no lo es.

Por lo que he investigado acerca de la “onecoin” y sus creadores, este esquema huele a piramidal. O tal vez a estiércol, no lo sé… ¡Pero apesta bastante!

Si tienes dudas, preguntas o sugerencias, me encantaría platicar contigo. Escríbeme a mi correo electrónico: dmendez@dma-legal.com, o encuéntrame en Twitter como: @DMALegal.

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