Una estrategia que está ganando cada vez más terreno es el inbound marketing. Principalmente a través de contenido se puede captar la atención del público y se le puede fidelizar, con la finalidad de ir conduciéndolo hacia la compra pero no de manera intrusiva. Sin embargo, como sucede en cualquier estrategia de contenidos, es totalmente necesario conocer al público al que buscamos dirigirnos, para saber diseñar el mensaje que le queremos dar. Para esto es fundamental la buyer persona, que es traducido por algunos mercadólogos como el arquetipo del cliente ideal.
Por medio de investigación tanto directa como indirecta se puede generar conocimiento mucho más profundo sobre las personas a las que queremos venderles algo: no sólo basta con conocer dónde se ubica y cuál es su nivel socioeconómico, sino que también es necesario conocer aspectos conductuales, que le llevan a comprar algo, entre otras cosas.
Saber perfilar correctamente la buyer persona puede sernos de gran utilidad para saber no sólo con quién nos estaremos dirigiendo, sino también cuáles son sus gustos o qué es lo que le desagrada.
Todos estos elementos que hemos explicado anteriormente nos permiten desarrollar un tono de comunicación adecuado, para que el cliente se muestre empático y receptivo al mensaje, o serie de ellos que se les quiere transmitir.
Una pieza clave del inbound marketing es generar contenido útil o que ofrezca algún aprendizaje a los virtuales clientes, para lo cual también es de gran ayuda definir bien a la buyer persona, ya que nos permitirá saber eficientemente cuáles son sus intereses o, dicho de otra manera, qué es lo que considera útil o educativo.
Si el target ya nos ofrece información relevante de los clientes, con la buyer persona se tienen más datos disponibles, a partir de los cuales se puede generar estrategias y campañas que tengan un mayor impacto y que, en consecuencia, generen más ventas.
