La aspiración de toda marca es ocupar la cúspide del top of mind de los consumidores. Ser una firma que no sólo logré distinguirse se su competencia por la cantidad de ventas e ingresos que genera, sino convertirse en algo significativo para la gente, para transformarse en un elemento más en su día a día. Para lograrlo, la firma debe evolucionar a lo que se conoce como una lovemark, dicho en otros términos, en una marca de la cual los clientes estén enamorados. Sin embargo, en el intento por transformarse en eso, se cometen algunos errores que hay que tener bien presentes, principalmente para evitarlos.
Para evolucionar en una lovemark es necesario fomentar y mantener las buenas relaciones con el consumidor. El descuido y la indiferencia son aspectos que no empatan con esta filosofía. La forma de solucionarlo es por medio de un trabajo intensivo y constante con el marketing relacional, ya sea por medio de eventos o de la utilización de un CRM, por mencionar algunos ejemplos.
Prestar más atención a las ganancias que se pueden obtener que al engagament que se debe generar es otro de los errores que una marca puede cometer al buscar ser una lovemark. Por supuesto, no es que haya que dejar la parte financiera y del retorno de inversión de lado, sino que será necesario buscar un justo medio.
Una buena lovemark es una marca que no sólo tiene una personalidad bien definida, sino que también tiene valores y una misión muy clara. Todos los elementos anteriormente mencionados deben ser mezclados eficientemente en el crisol de la estrategia con la finalidad de que permee cada uno de sus aspectos pero que al mismo tiempo también sea capaz de transmitirlos al público meta. Un descuido en la comunicación de la firma puede entorpecer considerablemente su evolución a una empresa que sea capaz de enamorar por completo a sus clientes.