Por: Arturo González Salas
Twitter: @Artglez
El título suena desagradable, diría un comentarista de la columna anterior, sé que es sugerente y espero no resulte pobre. Esta ocasión no le ofrezco puntos milagrosos, ni espejos en trueque, no quiero desilusionarlos, quería continuar hablando de medicina y BTL, pero no deseo provocar infartos, el comentario común sobre los paros cardiacos es que ocurren por enojo excesivo. Por si las dudas les compartiré 5 ejemplos, “sobre aviso no hay engaños”, dice un adagio popular.
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Será en otro momento en el que les comparta los proyectos de Salud Pública, Farmacias y Consultorios, que he llevado a la realidad, hay tela de donde cortar, ya verán.
Para continuar con mi tendencia de hablar de lo que pocos tratan, me interesa describir un instrumento que he visto en varios establecimientos, especialmente en bares, cafés y restaurantes.
Seré honesto, el estudio lo he realizado solamente en baños masculinos, así que cualquier ausencia que amplifique los ejemplos, depende de la exclusividad y limitación en los accesos.
Citaré algunos ejemplos de lo encontrado:
1. Letreros amigables, albures, dichos, frases famosas, por supuesto lo anterior encaminado a reforzar la marca y los temas que caben en ella.
2. Carta de bebidas o promociones, se colocan en gran formato, como para equilibrar que en ocasiones los menús de los lugares suelen hacerse para personas con vista biónica. Es obvio el objetivo, despertar el interés en bebidas, el enterar de ofertas y privilegiar un producto estrella con el que se tiene convenio.
3. Decoración alternativa, ya sé que las puertas tienen las caras sugestivas de mujeres fatales, los mingitorios una forma extraña o cómica, el lavamanos sea temático como en Wings Army, que sé yo. La peculiaridad habla con el cliente y éste guarda su tránsito por el tocador como un recuerdo distinto a los habituales.
4. La cartelera frente a la taza o el mingitorio, algunos restaurantes suelen colocar la portada del periódico más circulado en la ciudad, otros lugares desarrollan contenidos específicos. El primero me parece de mal gusto, pues quien va al baño poco le interesa saber de muertos, inflación e informes de gobierno, sin embargo, ciertos segmentos agradecen tal gesto. El segundo es trabajo creativo, no basta con colocar una cartulina de “no sea cochino, bájele”, el mensaje debe reforzar el concepto global del establecimiento.
5. La versión moderna del Groom of the Stool -Gentilhombre del Excusado- ahora arriesga su vida en los baños para ofrecer múltiples servicios: dulces, cigarrillos, gel, lociones, boleador express. En la antigüedad se requería de ser noble y de confianza absoluta para desarrollar uno de los oficios más complejos de las cortes, el de limpiar las partes intimas del rey. El servicio cuenta con la posibilidad expandirse incluso en los lugares menos esperados.
Esta claro que antes de inventar el hilo negro al interior de estos aposentos, se debe trabajar en claves básicas como la limpieza, la suficiencia en capacidades, la funcionalidad de llaves, palancas y demás artilugios de tortura, verificar que siempre se cuente con agua, jabón, papel y toallas, lo que sigue es cosa de mercas y actividad propia del BTL.
¡Que todo salga bien!