En México, la idea de que el lunes llegue puede representar uno de los momentos menos gratos, y justo este lunes se tiene la idea de que es el peor de todo el año, dado que se trata del ya conocido blue monday.
Información refiere que la primera vez que se utilizó esté término fue en el año 2005, a través de una campaña publicitaria hecha por la agencia Sky Travel, no sin antes afirmar que para definir el día se había realizado una ecuación matemática, la cual hasta el momento no ha sido del todo avalada.
Independientemente de que haya surgido de un cálculo matemático, el hecho es que el blue monday ha trascendido hasta hacer del tercer lunes de enero esa fecha que varias personas les resulta triste o melancólica.
Deudas, propósitos de año y clima, factores que influyen en el Blue monday
Más allá de que dicha ecuación realmente se haya llevado a cabo para así determinar el día exacto, el blue monday deriva de una serie de factores que ocasionan un desánimo entre las personas.
Si bien pueden ser varias las situaciones que detonan esta fecha, hay tres que, en particular, influyen notoriamente en el surgimiento de este día: deudas, propósitos de año nuevo y el clima.
Sobre el primer punto, estas pudieron ser adquiridas en diciembre, o incluso desde meses antes, lo cual da como resultado la famosa cuesta de enero, mismas que, según el Gabinete de Comunicación Estratégica (GCE), podría durar hasta finales de febrero o inicios de marzo, situación que refirió un 42.6 por ciento de mexicanos; mientras que otro 21 por ciento aseguró que para ellos podría prolongarse hasta mitad de año.
En cuanto a los propósitos se refiere, al no haber cumplido algunos de ellos, la gente puede experimentar un sentimiento incluso de fracaso. Por esta razón, el diario El Economista, se sugiere que en el lugar de buenos deseos, se definan metas concretas y a corto, mediano y largo plazo, de tal manera que sean capaces de medición.
Y sobre el factor clima, en 1984 el psiquiatra Norman Rosenthal detectó el trastorno afectivo estacional, visto en invierno, mediante el cual describe un tipo de depresión ocasionado, según el experto, por una falta de luz que afecta la parte del cerebro que controla el sueño, apetito, deseo sexual, estado de ánimo, entre otros.