A pesar de que la sociedad ha evolucionado al grado de que Estados Unidos sea gobernado por una persona negra (Barack Obama, doble mandato presidencial), todavía siguen existiendo partes del mundo donde el racismo es un grave problema, tal es el caso de Brasil, donde de acuerdo con la organización SaferNet los casos de racismo han aumentado un 34 por ciento desde el 2013.
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Y la llegada de las redes sociales hizo del anonimato el mejor escudo para aquellos que discriminan y aprovechan cualquier hecho para atacar a los demás, tal como le ocurrió a Maria Júlia Coutinho, encargado de dar el clima en el canal de televisión Jornal Nacional quien recibió varios comentarios racistas vía Facebook.
Ante esta situación, la ONG Criola, que lucha por los derechos de las mujeres negras decidió lanzar una campaña de marketing social en la que demuestra que el racismo virtual tiene consecuencias reales.
Para ello transformó varios mensajes agresivos vertidos en dicha red social en billboards y los colocó en ciudades específicas de Brasil de donde provenían más los ataques contra la presentadora.
Esta acción below the line demuestra como se puede combinar lo digital con lo físico para mandar un mensaje contundente: no al racismo en cualquiera de sus presentaciones, offline u online.