Big or not too big

Lourdes Baeza, columnista InformaBTL
Hoy en día hay muchas cosas en nuestra jornada de marketing que nos exponen al cuestionamiento de ¿qué es mejor? grande, muy grande o extragrande ¡Qué difícil decisión!

Dicen que menos, es más, pero a la vez dicen que hay que irse a lo grande.

Hoy en día hay muchas cosas en nuestra jornada de marketing que nos exponen al cuestionamiento de ¿qué es mejor? grande, muy grande o extragrande ¡Qué difícil decisión!

Y no hablo de tallas de ropa, zapatos o del café que compramos por las mañanas, me refiero a un tema del que todos están hablando hoy en día: el BIG DATA.

Nunca habíamos estado tan expuestos a una gran cantidad de datos, para las empresas y para los profesionales de marketing tener acceso a una montaña de estadísticas y datos es como estar en un oasis. Pero, ¡cuidado! El oasis puede ser engañoso cuando estás sediento de información y puedes caer en datos que no son del todo confiables o no son exactamente los que necesitas para definir tu estrategia de marketing.

Hay que reconocer que el BIG DATA está de moda, estas dos palabras son escuchadas y mencionadas con mucha frecuencia en todas las reuniones de negocios.

Todos están enfocados en la recopilación de datos, el qué más datos tiene se siente más poderoso, pero ese poder se termina cuando no sabes qué hacer con la información.
Los datos se obtienen por diferentes medios, en el caso del marketing provienen de acciones como:

  • Campañas de emailblast
  • Inbound marketing a través de redes sociales
  • Apps móviles
  • Canales en Youtube

Pero más allá de eso, la pregunta es: ¿Una vez que obtienen todo eso, las empresas saben qué hacer con esta gran cantidad de datos?

El verdadero reto está en que esos datos no se hagan “viejos”, en no acumularlos como si se tratara de una competencia para ver quién tiene más.

Existe una gran responsabilidad al tener una gran cantidad de información a nuestra disposición, si no accionamos de manera inmediata, los datos se vuelven obsoletos en cuestión de minutos, porque los datos van evolucionando al ritmo del customer journey, es decir, son dinámicos y nos dan un panorama de cómo va evolucionando nuestro público objetivo, los indicadores se mueven todos los días, con cada temporalidad y con cada nueva tecnología. Por tales razones debemos crear una estrategia de extracción y análisis de datos que nos permitan definir hacia dónde dirigir las decisiones estratégicas de la compañía.

¿Qué podemos hacer en marketing con el BIG DATA?

Esta es la parte que más me gusta, porque de posibilidades infinitas podemos ir delimitando lo que es relevante para generar una estrategia de marketing con base en el BIG DATA.

No se trata de recopilar datos sin un propósito, lo que resulta más importante es saber qué datos queremos recopilar del cliente, pueden ser sus hábitos de compra, gustos, temas de interés, etc. Así la inversión que hagamos en el BIG DATA nos arrojará los datos que si vamos a analizar y que nos permitirán tomar las mejores decisiones.

Para que sea relevante debe de tener lo que se conoce como las 5 V del BIG DATA.

  • Volumen
  • Velocidad
  • Variedad
  • Veracidad
  • Valor

A continuación, encontrarán algunas de las aplicaciones que podemos dar a los datos en marketing:

  • Generar marketing personalizado.
  • Obtener datos interdepartamentales.
  • Segmentación de clientes en periodos de tiempo más cortos.
  • Análisis de preferencias de compra e intereses del cliente.
  • Toma de decisiones en tiempo real.
  • Detección de necesidades del mercado.
  • Análisis de tendencias para definir acciones y atraer al posible consumidor.

Con todo eso podemos volvernos una especie de “futuristas”, algo así como un “Nostradamus del marketing” porque podemos predecir lo que va a suceder en el mercado a partir de este análisis y definir las acciones de manera asertiva.

Con el BIG DATA tenemos el mundo en nuestras manos, no hace falta tener todos los datos, sino aquellos que son útiles para analizar lo que la empresa está buscando.

Los profesionales de marketing tenemos el poder de decidir qué tan grande será el volumen de datos que se requiere para analizar y llevar a cabo nuestra estrategia, una vez definido qué queremos obtener de los datos, llegamos al punto que he planteado en el título de mi columna: BIG or not TOO BIG ¡ese es el dilema!

 

 

 

 

 

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