Muchos especialistas han hablado sobre cómo la llegada y expansión incesante del comercio electrónico está llevando a los que se conoce como apocalipsis del sector minorista. Uno de los puntos de quienes apoyan esta idea, es que los indicadores que se tienen en un punto de venta físico no son tan específicas y diversas como las que se pueden tener en una tienda online. Sin embargo, el retail ha cambiado en gran medida a la utilización de big data y de la implementación de distintos dispositivos que permite cuantificar con mayor efectividad el comportamiento de un shopper en un retailer.
Una de las aplicaciones del big data en el retail tiene que ver con la dark data. Hay que recordar que este concepto se refiere a los datos que no son aprovechados o no son estudiados; sin embargo, se almacenan casi de modo automático. Un ejemplo puede ser las principales quejas que tiene un retailer en redes sociales. Por medio del estudio y análisis de la data, es posible determinar cuáles son las tendencias en este aspecto para buscar las mejores soluciones.
Otra aplicación interesante que tiene el big data en el sector del retail es para realizar predicciones, sustentadas en el trabajo, análisis y estudio de los datos. Por ejemplo, se puede saber qué producto se vendió más en una determinada temporada, por medio de exploración del historia del compras. Una vez que se tenga esta información, es posible pedir más unidades de dicho artículo, realizar promociones o incluso realiza una estrategia de precios para incrementar el margen de ganancias.
También se puede analizar a través de big data el recorrido que hacen los clientes en un retailer. Así se pueden determinar cuáles son los pasillos más concurridos y cuáles los menos visitados. Esta información sirve para reestructurar la tienda de tal modo que se fomenten las ventas.