Reino Unido.- Ya hemos hablado que la información se convierte cada vez más en un recurso muy valioso para las empresas. Toda la información que los usuarios compartimos en las redes sociales, blogs, páginas interactivas, apps, servicios de telecomunicación, tiendas departamentales, etcétera, son increíbles fuentes de datos para que las marcas nos conozcan mejor.
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Si a esta información se suma todo lo que empresas como IBM y agencias como la NASA recaban sobre el comportamiento de las ciudades, los climas, los movimientos demográficos e incluso el desarrollo del universo nos encontraremos con una cantidad impresionante de datos que son muy difíciles de almacenar, procesar e interpretar y que reciben el nombre de Big Data.
No obstante aquellas empresas que puedan controlar toda esta información podrán atender mejor las necesidades de sus consumidores y facilitar el flujo de ciudades inteligentes. Desde programar la agenda del día hasta mejorar la experiencia de compra a través de redes sociales, códigos QR, gratificaciones en línea y tecnología NFC. Todo como si te leyeran la mente, todo, como si te estuvieran espiando.
Todavía la comunidad internacional sigue pendiente del supuesto caso de espionaje realizado por los Estados Unidos y revelado por Edward Snowden hace unas semanas y cuyo centro y relevancia recae completamente en la información.
El ex técnico de la CIA aseguró que la Unión Americana mantuvo desde 2007 un programa de espionaje llamado PRISM administrado por la Agencia de Seguridad Nacional de aquel país y cuyo objetivo era vigilar a ciudadanos fuera de los Estados Unidos y a ciudadanos americanos que tuvieran o hayan tenido contacto con personas extranjeras.
La agencia tenía o tiene acceso al correo electrónico, redes sociales, videos, direcciones IP, detalles telefónicos, mensajes, chat, entre otros datos, de muchos ciudadanos en el planeta. Según Snowden los Estados Unidos recibieron colaboración de empresas como Apple, Google, Facebook, Microsoft, Yahoo! y Dropbox quienes permitían el acceso a sus servidores, aunque éstas lo niegan todo.
El hecho es que toda la información de los usuarios puede estar comprometida. Gracias a la efectiva interpretación de los Grandes Datos las marcas pueden conocer mejor el comportamiento de los consumidores, pero también existe un severo caso de ruptura a la privacidad, un concepto que quizá cambie en el futuro debido a la gran cantidad de información personal que corre por la red, algo que las agencias están provechando para pensar en escenarios como el siguiente, desarrollado por la agencia Ogilvy: