La técnica de benchmarking ha surgido como una respuesta ante el surgimiento masivo de campañas por el incremento de productos y la expansión del mercado. De acuerdo con esta herramienta, ya todo está hecho y creado, entonces lo que queda hacer es una perpetua innovación. ¿Cómo puede lograrse? Se pueden tomar modelos a seguir para inspirarse: se pueden revisar otras campañas y estrategias que se han hecho y que han tenido éxito. Sin embargo, ¿cuándo se puede considerar como inspiración y cuándo como plagio? Revisemos algunos datos al respecto.
Si bien, y como mencionó Minerva Castro, consultora legal privada, en entrevista para InformaBTL, el plagio es una cuestión que legalmente es difícil de probar. Sin embargo, desde la perspectiva del público, la gente puede percibir cuando una campaña es muy (demasiado) parecida a otra.
Esto pasa cuando hacen uso de imágenes, mensajes o incluso colores similares a los de otras campañas, de tal modo que despiertan la suspicacia de la gente que lo aprecia la acción de BTL que se está llevando a cabo.
Para hacer un correcto benchmarking es importante no copiar tal cual algo y sólo cambiar detalles mínimos, sino que hay que tomar sólo las campañas y estrategias como guías para poder innovar y no plagiar tal cual.
El benchmarking que raya en el plagio lo hemos podido apreciar en los artes de algunas de las campañas políticas que se han realizado para los presidenciables en México.
La similitud entre los materiales de donde se inspiraron y los que se hicieron para algunos presidenciables fue ubicada por usuarios en redes sociales, quienes viralizaron la comparación entre ambos, lo cual generó una serie de reacciones negativas hacia los postulantes.
Vaya, no está mal tomar modelos en los cuáles inspirarse, pero sí es fundamental evitar prácticamente calcar lo que hacen o han hecho otras personas para evitar tener precisamente esta imagen negativa.
