Sin duda una de las cadenas de retail que se convirtió en el ejemplo de la anti-innovación fue Blockbuster, pues si antes esta empresa era un hit, con la llegada de Netflix, la empresa de renta de películas comenzó a pasar a la historia.
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Sin embargo, Blockbuster sí ha hecho su lucha, buena o mala, pero la ha hecho. Un ejemplo es cuando invitó a los gamers al torneo nacional “Guitar Hero III”. Los aficionados sólo tenían que efectuar una operación de 500 pesos o más en el departamento de videojuegos y bebidas de Pepsi o cualquier tienda Blockbuster de la República Mexicana para así hacerse acreedor a un boleto para participar en el concurso.
El gamer vencedor en cada jornada y ronda por cada tienda Blockbuster participante pasó a la ronda de la Gran Final, en donde se definirían a los ganadores a primero, segundo, tercer y cuarto lugar.
Los premios fueron desde una consola de Xbox 360 Elite, un juego Guitar Hero III, un iPod Nano y un DVD LG.
Otra de las acciones below the line a la que recurrió para salvarse del olvido es personalizar las películas que la gente comprara en los puntos de venta. La dinámica consiste en poner el nombre del comprador en cada empaque.
Tal vez para muchos creativos esta sería una simple acción, pero lo cierto es que para la empresa de renta de películas es un intento por seguir estando en el mercado.
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