El branding lo encontramos en cada elemento que muestra la identidad de una marca. Se trata de todos aquellos símbolos y signos que revelan estímulos visuales y que comunican una imagen diferenciada y única.
Las marcas con un mayor posicionamiento en el mercado cuentan con rigurosos instrumentos o manuales para el uso de su branding, se trate del nombre o un producto empresa.
El branding se encuentra en pequeños detalles que implican decisiones estratégicas para que la marca logre conectar con el consumidor. Es un resultado de diferentes procesos que llevan a generar un estímulo que impacta en la decisión de compra.
Uno de los principales objetivos del branding es el conocimiento de marca. De hecho, Color Matters en su encuesta Global Color Survey muestra que un color específico puede aumentar el reconocimiento de una marca en un 80 por ciento. Por tanto, las marcas más reconocidas a nivel mundial depositan en el color un factor clave de su brand recognition.
Sin embargo, el diseño en un producto solo es un elemento en el desarrollo del branding de una marca. En este sentido, un aspecto fundamental para generar una marca poderosa es (como primer paso) la comprensión de las características del consumidor al que se dirige la marca. Esto es importante porque de esta manera es posible ajustar la creatividad, la estrategia y la comunicación de marca hacia los objetivos que se quieren conseguir.
Por lo general, la acción de compra es influenciada por varios factores fuera y dentro del punto de venta. De manera que las agencias encargadas de desarrollar el branding deben establecer una buena metodología para la gestión de la marca, y tener como resultado un branding con la capacidad de impactar al consumidor a través de diferentes canales y medios de comunicación.
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