La ya polémica casa de moda de lujo Balenciaga fue señala de “ir muy lejos, esta vez” gracias al lanzamiento de su última colección “Objects”, donde presentó de manera muy poco atinada niños sosteniendo peluches usando arneses de BDSM (las siglas que se le acuñan a Bondage, Dominación, Sumisión, Sadismo y Masoquismo).
La salida que encontró Balenciaga fue presentar una demanda en tribunales por 25 millones de dólares contra los creadores de dicha campaña. “Los responsables” que señala la marca son la productora North Six, Inc. y la compañía del diseñador Nicholas Des Jardins.
North Six, Inc. es un colectivo global muy aclamado de productores, creadores de contenido y pensadores con veinte años de experiencia. Se presentan como “líderes en la industria, (impulsores de) establecer estándares y ampliar los límites de nuestra forma de trabajar y del trabajo que hacemos”.
Por su parte, Nicholas Des Jardins es un escenógrafo con sede en Nueva York y Los Ángeles, cuyos trabajos que presenta en su portafolio se caracterizan por integrar modelos andróginos y temáticas ampliamente diversas.
Con la denuncia presentada en la Corte Suprema de Manhattan, Balenciaga busca que sean reparados los daños que los acusados ocasionaron a la firma en relación con la campaña que produjeron en nombre de la marca de origen español.
El argumento de Balenciaga oscila en que que North Six y Des Jardins incluyeron en la campaña documentos judiciales sobre la pornografía infantil sin su conocimiento, lo cual juzgó de “malévolo” y “extraordinariamente imprudente”.
“Cómo consecuencia de la mala praxis de los demandados, el público general y los medios de comunicación han asociado falsa y horriblemente a Balenciaga con el tema repulsivo y profundamente inquietante de los documentos judiciales”, se lee en el documento de la demanda. “Los acusados son responsables ante Balenciaga de todos los daños resultantes de esta falsa asociación”.
Aunque la marca ha destinado todos sus esfuerzos en deslindarse de la imagen de su campaña, e incluso, la semana pasada ofreció una disculpa pública y la retiró de redes sociales, los impactos han sido sumamente negativos.
“Nos disculpamos sinceramente por cualquier ofensa que haya podido causar nuestra campaña para las fiestas navideñas. Nuestros bolsos de peluche no deberían haber aparecido con niños en esta campaña. Hemos retirado inmediatamente la campaña de todas las plataformas”.
Una muestra de dichos impactos, es que la socialité Kim Kardashian se pronunció asegurando que se encuentra “reevaluando” su relación laboral con Balenciaga tras la polémica de “Objects”. En comentarios publicados en sus redes sociales, Kardashian dijo que había esperado para reaccionar “no porque no me hayan disgustado e indignado las recientes campañas de Balenciaga, sino porque quería tener la oportunidad de hablar con su equipo para entender por mí misma cómo esto podría haber pasado”.
También añadió que, como madre, quedó “sacudida por las perturbadoras imágenes”. “La seguridad de los niños debe tener la máxima consideración y cualquier intento de normalizar el abuso infantil de cualquier tipo no debe tener cabida en nuestra sociedad, punto”, dijo a sus 74,2 millones de seguidores en Twitter, este domingo.
Cabe señalar que la campaña BDSM de Balenciaga, no es un caso aislado en términos de controversia. En 2019, la marca de lujo italiana Gucci enfrentó una protesta de uno de sus propios modelos en la pasarela durante la Semana de la Moda de Milán, toda vez que el look con el que desfiló consistía en un conjunto blanco que parecía una “camisa de fuerza”.
Ayesha Tan Jones, el modelo de Gucci, escribió en sus palmas con tinta negra “la salud mental no está de moda”, y así desfiló.
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