Primero, las compañías anunciaban sus marcas prometiendo un beneficio, una sensación de bienestar, la posibilidad de cierto status, resolver una necesidad, algún malestar o simplemente, pertenecer a cierto segmento o tribu social.
Mas artículos de Jaime Torres:
El Remedio Infalible contra el “Pretexto del Presupuesto”
Agradécele a la Competencia
¿Shopper Marketing? Entonces lo tuyo es iBeacon
Ahora, las marcas además emplean una comunicación de dos vías con su mercado objetivo, les comunican, los escuchan, les responden… y todo queda ahí. Esperamos a que nos compren, con un producto o servicio que promete satisfacer una necesidad y tener una comunicación constante con nuestro mercado.
Sin embargo, alguna vez, hace algunos años durante una conferencia sobre mercadotecnia, concretamente en el ámbito BTL, escuché una frase que en aquel momento pudo parecer algo exagerado, pero que cada vez está tomando una mayor fortaleza: “En la mercadotecnia del futuro, la Responsabilidad Social jugará un papel primordial.”
Esto, no sólo se fundamenta en el hecho de que cada vez es mayor el nivel de consciencia sobre los problemas de nuestro mundo y sociedad, y el inminente peligro que corremos si no hacemos algo cuanto antes. Además, porque nuestra sociedad ya no se conforma con sólo dar, sin recibir nada extra a cambio.
Porque hemos hecho ya demasiado tratando de llenar vacíos de un mundo materialista, pero poco en devolver de alguna manera los favores recibidos. Y más allá del sentido romántico de un mundo mejor y ecológico, está esa empatía por marcas que no sólo tienen un interés en sus propios beneficios intrínsecos, sino en aquellas que nos sorprenden con acciones encaminadas a ayudarnos como sociedad, y con ello, por ende, a ayudarse a ellas mismas.
Cada vez resulta más valioso lo que una marca haga por su entorno, porque cada vez lo destruimos más; cambiando nuestro teléfono móvil cada dos años, nuestro automóvil, la ropa que usamos, todos esos dispositivos que rápidamente se vuelven obsoletos…
Imaginemos entonces no sólo apoyar a una asociación o alguna causa social, sino en implementar acciones de mercadotecnia que además de lograr mayores ventas, también tengan un claro objetivo en pro del bien común.
Vislumbremos por ejemplo, una promoción en la que sea posible participar recopilando botellas pet para su reciclaje, en lugar de sólo ingresar códigos en una página web. Una compañía de telefonía celular que reciba teléfonos viejos para ser reciclados y crear nuevos dispositivos con ellos, logrando con ello un sustancioso ahorro en materia prima y una disminución en costos de sus nuevos aparatos. Una marca de ropa que reciba ropa usada también para ser reaprovechada para otros productos y con ello no sólo generar ganancias adicionales sino mayor consciencia.
He aquí algunas acciones interesantes que en ese sentido han realizado importantes marcas. Lo más atractivo de ellas es que son sencillas, de bajo presupuesto y contundentes: