Desde la imagen, el aroma, el sonido del motor y la puerta y el propio tacto del auto hasta la experiencia real de su conducción, los coches generan sensaciones y despiertan sentimientos.
Los mercadologos del sector automotriz saben desde hace mucho tiempo que no están vendiendo un producto, sino un conjunto amplio de sentimientos, asociaciones y experiencias.
El marketing sensorial esta presente desde el desarrollo y diseño del producto.
En la parte del audio participan expertos en Psicoacústica que pasan días completos en el laboratorio desarrollando el sonido del motor al ser encendido y el sonido de las puertas al cerrarse e incluso al bajar los seguros.
En la parte visual intervienen expertos en diseño que logran combinar la estética con la funcionalidad para crear autos ligeros, rápidos y agradables a la vista. Un par de autos que despiertan emociones con tan solo verlos son el Beetle y el Mini. Autos diseñados bajo el principio de la Neotenia o principio del cachorro que activan nuestro cerebro límbico y conectan con nosotros por parecer cachorros o bebes con ojos y frentes grandes. Nos dan ganas de sonreír y abrazarlos con tan solo verlos.
Por supuesto que el marketing olfativo no se queda atrás. ¿ A quien no le gusta el aroma de auto nuevo? Se dice que es el perfume más caro del mundo. Ya que necesitamos comprar un auto para olerlo por tan solo unos cuantos días. Ford lanzó una campaña en la que desarrolló un aroma a auto nuevo para venta al público. De esta forma podíamos tener un auto viejo pero con olor a nuevo.
Recientemente BMW lanzó su nuevo Serie 7. El primer BMW dotado de un concepto aromático. Pulsando un botón en la consola central se activa una de las ocho fragancias a elegir.
Todos estos estímulos sensoriales logran generar emociones al conducir un auto. Es por eso que no compramos un medio de transporte, compramos una experiencia.
