Muchas personas suelen decir que el trabajo que actualmente desempeñan no les satisface lo suficiente, o que no es lo que esperaban.
Ante este hecho, es lógico que quieran cambiar de empleo e ir tras ese puesto o lugar que los haga sentir plenos y que realmente se apegue a sus habilidades, conocimiento y pasión.
Sin embargo, el solo pensar en un cambio laboral puede no solo ser complicado por la situación económica del país donde se radica o por la especialización que se requiere para determinado puesto y que, desafortunadamente, no se cuenta con ello, sino también por una cuestión emocional y psicológica que puede obstaculizar dar ese paso hacia una nueva etapa profesional.
Trabajo nuevo, obstáculos nuevos
La insatisfacción laboral puede no ser algo familiar para varias personas; no obstante es un problema que aqueja a la sociedad económicamente activa en México.
Y aun cuando esto es evidente, un alto porcentaje de quienes aseguran querer un cambio de trabajo, suelen postergarlo.
Según datos del Estudio Jobstacles, desarrollado por LinkedIn, reveló que 78 por ciento de los profesionales encuestados en el país, sin bien desean cambiar de empleo, no lo hacen porque hay motivos que se los impide, en donde las ganas de querer un cambio mejor y su sensación de insatisfacción no es suficiente.
Entre las diversas razones por las cuales deciden no intentar dar ese salto hacia un nuevo empleo destacan las siguientes:
- Falta de confianza: según LinkedIn, un 38 por ciento de las personas entre 18 y 34 años no lo hace porque carece de confianza en sí mismo, algo que se vincula con una falta de experiencia y temor a salir de su zona de confort.
- Evitar la decepción de su empleador: para un 18 por ciento el no ocasionar un enfado en su jefe hace que desistan de cambiar de trabajo.
- Miedo a cambiar la rutina: tal como en el primer punto, la permanencia en una zona de confort hace que muchas personas no se sientan capaces de mejorar sus condiciones laborales.
- Temor a que el nuevo trabajo no sea mejor: para un 14 por ciento no conseguir un empleo con mejores condiciones o que cubra sus expectativas, también es una razón de peso para evitar el cambio.
- Síndrome del impostor: es cuando una persona atribuye su éxito o buenos resultados a la suerte, demeritando sus capacidades y esfuerzo, aun cuando las pruebas comprueban que es capaz de conseguir buenos resultados gracias a su trabajo, lo cual impide un crecimiento profesional, además de una baja en la autoestima, según señala la BBC.
Cabe mencionar que, de acuerdo con el estudio antes citado, un 72 por ciento de los mexicanos que han permanecido en un trabajo se han sentido infelices o poco inspirados; mientras que un 20 por ciento expresó que se sienten así en su actual trabajo.
Un punto a considerar es que, al postergar más ese cambio, pueden manifestarse ciertas reacciones y padecimientos, tales como estrés agudo, ansiedad y malestares físicos como dolor de cabeza, gastritis nerviosa, insomnio, entre otros.