La cantante, compositora y actriz estadounidense, Ariana Grande, presentó una demanda contra el retailer de moda, Forever 21, y a la compañía de belleza, Riley Rose, propiedad de las hijas de los fundadores por aprovecharse de su fama e influencia para vender sus productos.
La demanda exige el pago de 10 millones de dólares por el uso indebido de su nombre, imagen y música, así como el uso de una modelo “sorprendentemente similar” en su sitio web y en una campaña de social media a principios de año. Los abogados de Ariana Grande consideraron que el concepto de la campaña presentada imitaba al material discográfico “Tbank u, next”.
La siguiente imagen publicada por TMZ muestra la forma en que la campaña de Forever 21 se apropió, sin autorización, el concepto creativo de Ariana Grande.
Ariana Grande ha señalado que existieron conversaciones en febrero para crear una campaña de marketing, sin embargo no se cerró el trato debido a que Forever 21 no pagaría lo suficiente. Hasta el momento la compañía no ha dado declaraciones al respecto.
El uso de influencers en Forever 21 es constante. En 2018, la marca lanzó una línea de ropa y accesorios de la mano de Kendall y Kylie Jenner, las hermanas menores del clan Kardashian. La colección “Kendall+Kylie” estuvo a la venta en nueve países europeos
Datos de Digital Marketing Institute, señalan que 70 por ciento de los adolescentes confían más en los influencers que en las celebridades tradicionales. Por lo que la utilización de un influencer puede incrementar el sentimiento de confianza en el consumidor, ya que en ocasiones las marcas no cuentan con el mismo nivel de confianza que transmite un influencer.
Se estima que el consumidor millennial depende de las recomendaciones de un influencer. Una encuesta publicada en Digital Marketing Institute señala que 40 por ciento de los encuestados dijeron haber comprado algo luego de verlo en Instagram con un influencer.
Te recomendamos:
