Con lo anterior no quiere decir que tengamos una memoria olvidadiza, sino más bien que de manera deliberada hemos adoptado nuevas posturas en donde para permitir que el vaso se vuelva a llenar, lo vaciamos continuamente.
Es por tal motivo que las plataformas online han visto como el uso de aplicaciones y redes efímeras son una opción que se encuentra en crecimiento. Siendo honesto, me tarde en entender qué era SnapChat pues suponía que tenía una connotación “porno-ligue-adolescente”, hasta que entendí la dinámica y ahora estoy activo continuamente, dándome cuenta que al mismo tiempo muchas marcas se están migrando a este tipo de aplicaciones.
Algunas similares son Wirck, Chipchat, TigerText, Confide y Burn Note, donde la dinámica es el intercambio de mensajes que caducan y por tanto desaparecen. Por lo que vemos, la ola de infidelidades en las redes tiene una misión, la de acabar con cualquier rastro que ponga en peligro la integridad de los emisores y receptores de los mensajes.
La teoría apunta a que los contenidos se deben generar atrapando o cazando micro-tendencias, es por ello que hemos visto una proliferación de propuestas que se basan en capturar la esencia de un acontecimiento, para adaptarlo a los criterios de la marca. Lo cual es una actitud que no me desagrada, pero que evidentemente nos demuestra que son acciones que catapultan a la marca para luego entre la saturación de lo que conocemos coloquialmente como “tren del mame”, logremos olvidar los mensajes para dejarlos volar al cielo de los platos desechables.
El marketing 24/7 es una opción recurrente para la vorágine en la que vivimos, para el grado de competitividad y para el ritmo oscilatorio entre opacidad e intensidad en el que interactuamos, por tanto debemos de dejar supuestos que en la antigüedad eran paradigmas seguros, por ejemplo, aquellos contenidos muy elaborados, por los más espontáneos, aquellos que se ejecutaban para hacerlos memorables, por estos que en la actualidad se realizan para pasar el momento, así como un acentuado rango de limitada temporalidad que es validada por el secreto, lo prohibido y el traspaso de estos mismos límites.
